Martes, 14 de septiembre de 2010
Trotsky a 70 a?os de su asesinato: pasado, presente... ?futuro?
Entrevista a Tariq Al?*
El escritor, activista y comentador pol?tico Tariq Al? fue una figura destacada del trotskismo en los a?os 60`y 70'. Sin embargo, su compromiso con Trotsky va m?s all? de la pol?tica de partido. Como testimonio de ello, presentamos la conversaci?n que mantuvo hace unas semanas con Kirsty Jane McCluskey, del colectivo de bibli?filosVulpes Libris, en ocasi?n de la presentaci?n en el Festival del Libro de Edimburgo de su nueva novela, La noche de la mariposa de oro.
En A?os de lucha en la calle dec?as que le?ste por primera vez la biograf?a de Trotsky de Isaac Deutscher estando enfermo, en la cama (una experiencia escalofriante, sobre la que preferir?a no tener tantos datos) Despu?s de aquello, ?cu?ndo comenzaste a leer a Trotsky? ?Cu?l fue tu primer contacto con su obra?
Tras leer la trilog?a de Deutscher, me vi arrastrado de manera natural a leer los escritos del protagonista de aquella biograf?a fascinante, sin precedentes. As? pues, comenc? por Mi vida, la autobiograf?a de Trotsky, un texto bellamente escrito que se lee como si se tratara de ficci?n de alto vuelo. La calidad literaria de Trotsky me impact? enormemente. Y eso me condujo a otros escritos suyos. Para mi generaci?n fue un autor muy importante, pues ofrec?a una alternativa a un sistema que ya entonces no funcionaba y que iba por mal camino. Fueron aquellas lecturas las que me hicieron trotskista, entre los 60' y los 70'.
Ernest Mandel fue otro punto de referencia. Lo llamativo es que en aquella ?poca entramos en contacto con gente que conoc?a o que hab?a tenido un v?nculo directo con los bolcheviques, lo que hac?a que nos sinti?ramos los continuadores de una tradici?n. Trotsky, en todo caso, permaneci? siempre a mi lado. Sus an?lisis exhib?an una gran capacidad de anticipaci?n. Piensa, por ejemplo, en el libro que titul? ?Qu? es la Uni?n Sovi?tica y hacia d?nde va? y que fue mal traducido como La revoluci?n traicionada. Es un libro soberbio. All? planteaba que o bien la Uni?n Sovi?tica daba un paso adelante y se convert?a en una democracia socialista, o bien habr?a una regresi?n capitalista en la que buena parte de los bur?cratas de entonces se convertir?an en los millonarios del futuro. Sus cr?ticos dec?an: "?es una locura!". No hab?a nadie que pudiera ir tan lejos en el an?lisis. Trotksy ten?a una mente muy fina, y creo que fue la combinaci?n de sus cualidades como intelectual y como revolucionario lo que lo hizo tan interesante, para m?, desde luego, pero tambi?n para mucha gente que estaba entrando a la vida pol?tica en los 60'.
?Volverte trotskista, pues, fue un camino natural en aquella ?poca?
En aquella ?poca, sin duda. Pero no pod?a ser de otro modo. No hab?a tantas opciones. Luego, poco a poco, te dabas cuenta de que Trotsky era una cosa, y que muchos grupos trotskistas eran algo bastante diferente. No en vano el propio Trotsky, en respuesta a todo ello, hab?a declarado: "no soy trotskista".
Desde los sesenta, que con tanta elocuencia has descrito en A?os de lucha en la calle, ?como evolucion? tu relaci?n con Trotsky?
Cuando la gente me pregunta: "?todav?a eres trotskista?", digo que no, porque que no soy miembro de ninguna de las organizaciones que se autodenominan de ese modo. Para ser honesto, pienso m?s bien que est?n agotadas. En cambio, sigo consider?ndome trotskiano, ya que su impacto en m? persiste, sobre todo en tiempos que son hijos de una gran derrota, algo que ?l conoci? muy bien. La mayor parte de su vida transcurri? en esas condiciones. A veces, cuando vuelvo sobre algunos ensayos suyos que no he le?do durante veinte o veinticinco a?os, indefectiblemente aprendo algo. Es bastante sorprendente.
Una cuesti?n importante en Trotsky fue su desprecio por los tontos. Y eso fue un problema para ?l, porque el Partido Bolchevique estaba lleno de idiotas. Trotsky no perd?a el tiempo con ellos, pero al final fueron esos tipos los que se movilizaron en su contra. A mi me encantaba la an?cdota de Trotsky en aquella reuni?n del Politbur?. Como el nivel del debate era insoportable, cogi? una novela de Balzac o de Stendhal y se puso a leerla en medio de todo aquello. Sin duda es una actitud muy arrogante, pero tambi?n bastante admirable. Para mi Trotsky contin?a siendo una figura central del siglo veinte -como intelectual, como pol?tico, como revolucionario- y su obra perdurar?.
Ahora hay muchos historiadores guerreros fr?os profesionales que pretenden deshacerse de ?l. No soportan que hubiera un bolchevique capaz de comprender aquel sistema mejor que ellos, en una ?poca, adem?s, en la que ellos estaban totalmente encandilados por ?l. Ahora escriben libros para probar que nada bueno sali? de todo aquello: que todo era terrible, que todos eran lo mismo. Que no hay diferencia entre Lenin y Stalin, que no hay diferencia ente Trotsky y Stalin. Para gente como Robert Service, Stalin podr?a incluso considerarse mejor en algunos aspectos. Stalin era alguien con quien se pod?a hacer negocios, prosperar. Y por fortuna no era jud?o. Stalin, despu?s de todo, hab?a conservado de manera escrupulosa la parte que le hab?a tocado tras la segunda guerra mundial, aunque para su propia gente fuera un desastre. El poema de Yevtushenko en el que se duplica o triplica la guardia alrededor de su tumba era revelador. Uno no puede tomarse los trabajos de gente como Service demasiado en serio. Es m?s bien una moda ideol?gica. No llega a los talones de lo que hizo Deutscher. por ejemplo. Y no porque Deutscher fuera totalmente acr?tico, sino porque era capaz de situar toda aquella experiencia en otro plano. La moda actual consiste en decir que todo lo que pas? durante aquel per?odo fue negativo. Yo eso no lo acepto ni lo har? nunca. Es propio de una escuela de historiadores que se rinde a los hechos consumados y que ignora las diferentes posibilidades existentes en cada situaci?n. La revoluci?n francesa sufri? un destino similar, por eso en Par?s hoy existe una estaci?n de Metro llamada Stalin, pero en cambio no hay ninguna calle con el nombre de Robespierre.
?En tu opini?n esta visi?n de las cosas se limita a la academia o refleja un cambio m?s amplio en la actitud frente a Trotsky?
Creo que es una cuesti?n acad?mica. El resto del mundo, la generaci?n m?s joven, ni siquiera piensa en estas cuestiones. Esa es la tragedia. Esto es algo propio de la academia y de acad?micos que quieren hacerse un nombre mostrando que son servidores leales del estado y de sus necesidades, y que no hay alternativas al mundo tal como es. Se han publicado algunos libros de acad?micos j?venes -igual de malos- que ni siquiera he podido leer. Los tengo sobre mi escritorio pero ni los he hojeado.
Hay una cierta tendencia -pienso en gente como Slavoj Zizek- que pide "repetir" a Lenin ?Crees que tiene sentido "repetir" a Trotsky de manera que fuera le?do por las generaciones m?s j?venes?
S?, creo que s?. Zizek no podr?a porque no ha le?do a Trotsky. Lo que Zizek hace de manera brillante, y con gracia, es escandalizar a la burgues?a. Es un provocador en el sentido estricto del t?rmino. Toma a Lenin, a quien todos odian, a quien el pensamiento dominante ve como un criminal y un asesino, y fuerza al lector a confrontarse con sus ideas. En realidad, alguien deber?a intentar un ejercicio similar con Trotsky, antes de que pase mucho tiempo. En la editorial Verso estamos pensando en ello.
Hilary Mantel, por ejemplo, escribi? una novela sobre Robespierre que me parece muy buena. Y hace d?cadas, Alan Brien escribi? otra, menos existosa y menos lograda, sobre Lenin. No funcion? pero era la intenci?n estaba bien.
Puedo entender que en los sesnta el v?nculo entre lo que Trotsky describ?a y lo que t? estabas viendo fuera m?s directo. Pero, ?cu?l crees que deber?a ser la aproximaci?n a Trotsky hoy? ?Qu? ser?a lo directamente relevante, y qu? lo que tiene un valor m?s simb?lico o de est?mulo al debate?
Creo que su Historia de la Revoluci?n Rusa sigue siendo uno de los mejores testimonios de alguien que particip? en un levantamiento revolucionario. Su autobiograf?a, sus ensayos, su visi?n global de la realidad y de las tendencias que se manifestaban en ella, su predicci?n del triunfo del fascismo en Alemania, su advertencia a los jud?os del destino que les esperaba si Hitler se impon?a. Nadie escribi? en aquella ?poca con semejante lucidez, y esto es algo de lo que la gente podr?a aprender todav?a hoy. Los escritos de Trotsky sobre c?mo pod?a derrotarse al fascismo en Alemania son un correctivo muy importante al pensamiento sectario. La fase, en cambio, en la que se dedic? a argumentar contra diferentes grup?sculos sectarios no es lo m?s interesante suyo. Era una ?poca de derrota, y ese no era su fuerte. La fuerza intelectual de Trotsky explot? cuando entr? en contacto con movimientos sociales de masas. Sus escritos sobre la cuesti?n jud?a no carecen de inter?s. Ese es un libro que habr?a que rescatar, porque es muy relevante. Trotsky fue el ?nico pensador de la izquierda que comprendi? que, para derrotar al fascismo, hab?a que unirse a los social-dem?cratas y a los liberales, construir un frente. Este es un tema de gran actualidad, aunque no haya socialdem?cratas de izquierda. Todo esta cuesti?n de construir peque?as sectas en torno a un par de l?deres es bastante deprimente. Ser?a triste que el legado de Trotsky se redujera a esto.
En una conversaci?n previa con Geoffrey Swain, ?l mencionaba las consideraciones de Trotsky sobre planificaci?n econ?mica en relaci?n con Am?rica del Sur ?Crees que si Trotsky escribir?a hoy sobre Am?rica del Sur? ?Ver?a lo que est? ocurriendo all? como algo de inter?s, como un lugar en el que sus ideas en materia de planificaci?n podr?an ser ?tiles?
Si, sin duda alguna. Trotsky, en todo caso, defender?a la necesidad de tomar el control del estado y de su aparato. Y esto no ha ocurrido. Lo que hay en Am?rica Latina hoy es -utilizando el lenguaje del propio Trotsky- una situaci?n de poder dual. Hay unos gobiernos electos con una base de masas. Pero el ej?rcito contin?a siendo la columna vertebral del estado, y ese ej?rcito no ha sido ni destruido ni transformado. Creo que es eso lo que dir?a. En cualquier caso, a la hora de aconsejar c?mo planificar, etc?tera, algunos de sus escritos son realmente muy buenos.
Hablabas antes de Mi vida como un artefacto literario. ?Tambi?n en ese terreno te ha influido Trotsky, como escritor y como lector?
Hay alguna influencia, pero uno apenas puede aspirar a escribir como ?l. Adem?s, ya sabes, venimos de generaciones totalmente diferentes. Para m? el ingl?s es una segunda lengua; Trotsky escrib?a en ruso. Creo que conservo algunas de sus maneras de ver el mundo, pero ni siquiera trato de escribir como ?l. Eso no se puede imitar, aunque uno quisiera. Era gracioso, en los sesenta, c?mo hab?a gente en algunas sectas que trataba de hablar, de adoptar poses de Lenin, de Marx y de Trotsky en los debates de cada d?a, como si vivi?ramos en el mismo mundo. Y que luego intentaban imitar c?mo borrar disidentes u opositores de sus min?sculas organizaciones. Para algunos era una especie de arte: juicios, expulsiones, denuncias. Un arte p?simo, por cierto. Nunca pude tom?rmelos en serio. Yo mismo parodi? algunas de estas cosas en una de mis primeras novelas, lo cual me volvi? bastante impopular. Pero sent?a que era necesario hacerlo, y no me arrepiento.
La actual tradici?n trotskista en el Reino Unido... pensando en la distinci?n que hac?as hace un momento entre trotskista y trotskiano ?qu? consejos dar?as a estos grupos? ?Qu? crees que deber?an cambiar en su relaci?n con Trotsky?
Creo que esos cambios ya est?n teniendo lugar, lentamente. Estos grandes pensadores del pasado -Marx, Lenin, Trotsky, Gramsci- todos fueron importantes y dicen cosas de las que se puede aprender. Pero no deben tratarse como dioses. Este fue un gran, gran problema en los movimientos comunistas y trotskistas: su estilo era muy religioso. Era como si una cita de Marx o Trotsky fueran suficientes para zanjar un debate. Para ser honesto, esto nunca me impresion? demasiado, ni siquiera cuando era miembro de aquellos grupos, y hoy no me impresiona en absoluto. Hay que aprender a enjuiciar los m?ritos de los argumentos de quienes nada tienen que ver con la izquierda, y encontrar la manera de debatir con ellos. Y hay que hacerlo porque todas aquellas referencias que eran comunes en los 60', en los 70', y hasta cierto punto en los 80', han desaparecido. Se han esfumado. Uno puede, por tanto, decir: "vamos a hacer esto porque Trotsky lo dijo aqu?". Y luego vendr? alguien que encuentre una cita diferente de Trotsky que prueba lo contrario. Y lo mismo con Marx. Pero no es una buena manera de argumentar. Es una manera religiosa, y ni Trotsky ni Marx eran personas religiosas. Por el contrario, criticaron duramente este estilo y esta manera de hacer las cosas. Yo creo que este estilo se remonta al discurso de Stalin en el funeral de Lenin: "A ti nos encomendamos, camarada Lenin...". Una cosa triste. Yo creo, de hecho, que uno de los grandes problemas con la propia evoluci?n de Trotsky es que, como le acusaban permanentemente de no ser leninista, acab? por convertirse en una suerte de leninista semi-religioso, cuando en realidad hab?a dirigido agudas cr?ticas a Lenin en el pasado. Siempre sent?, y todav?a lo creo, que esto fue una aut?ntica tragedia para aquel hombre. Imag?nate, una inteligencia tan potente. Seguramente ?l sab?a que se estaban cometiendo errores, y c?mo dichos errores pod?an o deb?an evitarse, pero no se atrevi? a decirlo por temor a lo que sus oponentes pol?ticos pod?an hacer con ello. Esto debi? haber sido una tortura para ?l y creo que, siendo quien era, ten?a plena conciencia de lo que ocurr?a.
Imagina que un joven o, mejor, una persona de cualquier edad, pol?ticamente consciente, descubre a Trotsky y se siente inspirada por ?l ?Qu? le aconsejar?as? ?C?mo se puede ser activista a partir de dicha influencia?
Lo primero que creo es que un activista tiene que ser capaz de aprender de diferentes tradiciones. De Trotsky, de Lenin y de Gramsci, ciertamente. Y de Marx, claro. Uno puede aprender much?simo de estos grandes pensadores. Pero ser?a un error colocarlos en un pedestal. Hay que crear algo nuevo. Nunca ser? totalmente nuevo, puesto que no podemos ignorar el pasado y nuestra historia, pero hay cosas que deben hacerse de otro modo. El estilo de organizaci?n pol?tica en la que no hay ning?n debate o discusi?n serios, en la que se echa y se expulsa a las minor?as... todo eso era una parodia en los 60' y 70', y hoy es sencillamente una broma. Yo pienso que a la gente joven no le atrae nada de eso. Lo que me preguntas no es sencillo. Una respuesta honesta ser?a que no estoy un por ciento seguro de cu?l ser?a el mejor camino. Lo que s? s? es que seguir el viejo estilo es un camino err?neo.
Quiz?s, como dec?a Deutscher, a veces uno necesita retirarse a su atalaya
Eso me parece muy importante. Tambi?n Marx lo dijo tras las derrotas de 1848. Te vas, piensas, escribes. Pero nunca puedes dejar del todo de estar activo. Cuando ocurren atrocidades, cuando se env?a gente a la guerra, cuando se la mata, no se puede permanecer al margen. Al mismo tiempo, hay que ser realistas. Cuando uno lee algunos papeles escritos por grupos de extrema izquierda... ?quien puede leerlos? Es decir, son poco m?s que boletines internos. Cualquier izquierda seria que emerja de las ruinas del siglo viente tendr? que ser capaz de aprender y de desaprender. Caso contrario, m?s vale meterse a pescadero que ser un izquierdista dogm?tico y religioso.
*Tariq Ali es miembro del consejo editorial de SIN PERMISO. Su ?ltimo libro publicado es The Duel: Pakistan on the Flight Path of American Power [hay traducci?n castellana en Alianza Editorial, Madrid,2008: Pakist?n en el punto de mira de Estados Unidos: el duelo].
Traducci?n para www.sinpermiso.info: Gerardo Pisarello
Fuente: Sin Permiso