Lunes, 23 de noviembre de 2009
Patria querida y trampeada
Por Carlos Reyna
A diferencia de Florentino Ariza, leal toda la vida a su amada Fermina Daza, a su colombro?o peruano, el suboficial V?ctor Ariza, no le dur? mucho el amor a su patria querida. La traicion? por unos d?lares m?s, cuatro o cinco veces m?s de lo que esta patria le pagaba.
Florentino, para convencerse de su lealtad, dec?a que hay dos clases de amores, del alma de la cintura para arriba, y del cuerpo de la cintura para abajo. Ya que Fermina lo hizo esperar tanto, su lealtad fue total en el alma. ?Qu? le hizo la patria al suboficial para que ?ste sea desleal en cuerpo y alma? ?O fueron los suegros, los jefes de la patria?
Acaso fue el trato en la escuela de suboficiales, o en los cuarteles. Para entrar y graduarte el precio no es en d?lares, aunque a veces s?, pero pagas con tu dignidad, con tu honor. Soy perro, ladras desde el comienzo. El que se queja se jode. All? comienzas a aprender que no vales nada.
O quiz?s fue la cultura de los tr?nsfugas, a?n reinante en la patria. Difundida por los genios de la inteligencia peruana. Montesinos, Salazar Monroe, Fujimori. Todos tienen precio, congresistas, jefes partidarios. Tambi?n los agentes de inteligencia enviados a fisgonear a los opositores o a matar heladeros con fusil y silenciador. A cambio, un ascenso, un destaque, una palmada.
De repente fue que en la patria querida una cosa son la Constituci?n, las leyes y los reglamentos, los c?digos de ?tica, y otra es lo que hacen muchos jefes de la patria. De terno, de uniforme o de toga. De faj?n, bast?n o birrete. Juran lealtad sobre la Biblia, luego le trampean a la patria y ni ?sta ni las normas tampoco parecen valer nada.
Acaso puede haber sido que ?ltimamente casi toda la patria se volvi? mercanc?a barata. Los bosques, el agua, el territorio de los ind?genas, los puertos, los trabajadores, el decreto legislativo, el voto del juez y del legislador. Per? para?so de la inversi?n tambi?n en esp?as.
O quiz? fue que, por todo esto, entre no valer nada y descubrir que ten?a un buen precio, ?l tambi?n le trampe? a la patria querida y dej? de ser el soldado desconocido para convertirse en el fel?n famoso. Y como entre esp?as ninguno es lo que parece, es posible que no sea nada de esto sino un simple traidor y punto.
Fuente: Patria querida y trampeada | LaRepublica.pe
