contra el narcotráfico, despenalización de la hoja de coca

Jueves, 17 de septiembre de 2009

Bolivia versus Colonialismo: II. Criminalizaci?n de la Hoja de Coca

Desde 1961, la Convenci?n ?nica de Naciones Unidas sobre Estupefacientes incluye la hoja de coca entre los productos narc?ticos que deben hacerse desaparecer de la faz de la tierra. Sabi?ndose lo que significa el empleo energ?tico de la hoja de coca por las alturas de los Andes, conoci?ndose su consiguiente valor ceremonial para las culturas andinas y constando que por s? mismo el pijcheo, akullico o masticado de la hoja de coca no tiene efectos estupefacientes nocivos para la salud, como tampoco su consumo en forma de mate o infusi?n, ?c?mo pudo producirse y c?mo puede mantenerse esa decisi?n? La respuesta para entonces es bien f?cil. El sesgo cultural y la ignorancia supremacista del colonialismo pesaban todav?a fuertemente en el derecho internacional. Para hoy, sobre todo tras la Declaraci?n de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Ind?genas, tal misma respuesta puede todav?a explicar la proscripci?n internacional de la hoja de coca, pero en ning?n caso justificarla.

Bolivia versus Colonialismo:
II. Criminalizaci?n de la Hoja de Coca

Por Bartolom? Clavero
Miembro del Foro Permanente de Naciones Unidas para las Cuestiones Ind?genas

Desde 1961, la Convenci?n ?nica de Naciones Unidas sobre Estupefacientes incluye la hoja de coca entre los productos narc?ticos que deben hacerse desaparecer de la faz de la tierra. Sabi?ndose lo que significa el empleo energ?tico de la hoja de coca por las alturas de los Andes, conoci?ndose su consiguiente valor ceremonial para las culturas andinas y constando que por s? mismo el pijcheo, akullico o masticado de la hoja de coca no tiene efectos estupefacientes nocivos para la salud, como tampoco su consumo en forma de mate o infusi?n, ?c?mo pudo producirse y c?mo puede mantenerse esa decisi?n? La respuesta para entonces es bien f?cil. El sesgo cultural y la ignorancia supremacista del colonialismo pesaban todav?a fuertemente en el derecho internacional. Para hoy, sobre todo tras la Declaraci?n de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Ind?genas, tal misma respuesta puede todav?a explicar la proscripci?n internacional de la hoja de coca, pero en ning?n caso justificarla.

La Convenci?n sobre Estupefacientes tuvo una larga gestaci?n en la que se manifest? paladinamente el sesgo supremacista de fondo colonial. En Naciones Unidas, una Comisi?n de Investigaci?n sobre la Hoja de Coca rindi? un informe temprano, a mediados de 1950. Reconoc?a que el masticado no generaba adicci?n, sino s?lo h?bito, pero a?ad?a que el consumo "mantiene el circulo vicioso de la mala nutrici?n", "induce al individuo a cambios indeseables de car?cter intelectual y moral", "dificulta las posibilidades de que los masticadores puedan obtener est?ndares sociales mas altos", "reduce el rendimiento del trabajo productivo" y "mantiene un bajo est?ndar econ?mico de vida". Por estos prejuicios contra ind?genas, y no por un supuesto car?cter estupefaciente, se proscribi? la hoja de coca. Por aquellos a?os cincuenta tambi?n se gest? el Convenio de la Organizaci?n Internacional del Trabajo sobre la protecci?n e integraci?n de las poblaciones ind?genas y de otras poblaciones tribuales y semitribuales en pa?ses independientes (Convenio 107), este instrumento que proteg?a a ind?genas con el claro prop?sito de hacerlos desaparecer como tales de la forma m?s dulce. Eran en fin a?os en que Naciones Unidas, respaldando todav?a al colonialismo, intentaba que las "poblaciones ind?genas" se rindiesen y asimilasen a la sociedad dominante.

Consciente al menos del arraigo del consumo de la hoja de coca, aquella Convenci?n de Naciones Unidas toleraba con car?cter transitorio su consumo siempre que los gobiernos controlasen y limitasen su cultivo a fin de que no se utilizase el excedente para la producci?n de coca?na. La transici?n prevista no era larga, sino tan s?lo de un cuarto de siglo a partir de la entrada en vigor de la Convenci?n. Como ?sta tuvo lugar en 1964, el arbusto de coca ten?a que haber desaparecido completamente en 1989. Lo primero que tenemos es la evidencia de tal fracaso, de un fracaso explicable y justificado. El consumo de la hoja de coca es parte de una cultura no s?lo muy arraigada, sino tambi?n necesaria, por saludable, por los Andes. Tan conveniente es que la masticaci?n y la bebida se han extendido no s?lo a pueblos ind?genas no andinos, sino tambi?n a sectores no ind?genas de los Estados de la regi?n. Sin embargo, tras la constancia del fracaso, no queri?ndose ver sus razones, en Naciones Unidas se mantuvo el empe?o de erradicar el cultivo del arbusto de coca y de hacerlo tambi?n desaparecer como planta silvestre. Todav?a en 2007, la Junta Internacional de Fiscalizaci?n de Estupefacientes "exhorta a los Gobiernos de Bolivia y el Per? a que adopten medidas sin demora con miras a abolir los usos de la hoja de coca que sean contrarios a la Convenci?n de 1961, incluida la pr?ctica de masticarla".

"Por hoja de coca", dice la Convenci?n sobre Estupefacientes (art. 1.e), "se entiende la hoja del arbusto de coca, salvo las hojas de las que se haya extra?do toda la ecgonina, la coca?na o cualesquiera otros alcaloides de ecgonina". As? comienza la sucesi?n de sinsentidos. Para la Convenci?n la coca?na no es un elemento que se produce mediante un proceso industrial que concentra los alcaloides de la hoja de coca, sino algo que ya se contiene sin m?s y activado en la planta natural. Hagamos una comparaci?n. Pongamos que el sesgo cultural fuera de otro signo y que se luchase internacionalmente contra las bebidas alcoh?licas de graduaci?n elevada, como el brandy, el sake o la chicha. ?Se entender?a que intentase entonces erradicarse completamente el cultivo de la vid, del arroz y del ma?z? El de la hoja de coca est? arraigado no s?lo por sus virtudes saludables y energ?ticas, sino tambi?n por su valor ceremonial. ?Qu? se dir?a si se intentara erradicar el consumo de la hostia cristiana o del matz? jud?o para intentarse acabar con el riesgo de la intolerancia al gluten? ?O va a irse a la ra?z e igualmente prohibirse el cultivo de trigo y el consumo de pan? ?No parece todo esto un completo desprop?sito por mucho que se acometira en nombre de la salud de la humanidad? Apl?quese a la hoja de coca.

La nueva Constituci?n de Bolivia que ha entrado en vigor el siete de febrero de este a?o declara el valor y asume la defensa de la hoja de coca: "El Estado protege a la coca originaria y ancestral como patrimonio cultural, recurso natural renovable de la biodiversidad de Bolivia, y como factor de cohesi?n social; en su estado natural no es estupefaciente. La revalorizaci?n, producci?n, comercializaci?n e industrializaci?n se regir? mediante la ley" (art. 384). Al cabo de s?lo un mes de la entrada en vigor de la Constituci?n, el Presidente del nuevo Estado Plurinacional, Evo Morales Ayma, remite una carta al Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y acude a la cumbre sobre drogas de la Comisi?n sobre Estupefacientes de las mismas Naciones Unidas que, con asistencia de la mayor?a de sus Estados miembros, se celebra en Viena, Austria, el once y doce de marzo. Por ambas v?as reclama abiertamente Bolivia la desclasificaci?n de la hoja de coca como estupefaciente para el derecho internacional.

Por dichas v?as Bolivia hace presente a Naciones Unidas que la masticaci?n de hoja de coca "es practicada por millones de personas en Bolivia, Per?, el norte de Argentina y Chile, Ecuador y Colombia. Su uso y simbolog?a comprenden connotaciones rituales, religiosas y socio culturales que trascienden el ?mbito de las culturas ind?genas y se proyectan a sectores de mestizos" pues "ayuda a mitigar las sensaciones de hambre, da energ?a durante largas jornadas laborales y mejora el desarrollo del metabolismo en la altura"; adem?s, "la masticaci?n de la hoja de coca no causa ning?n da?o a la salud humana ni ning?n tipo de trastorno ni adicci?n". Como tantas personas que consumen hoja de coca desde que aterrizan a m?s de cuatro mil metros en el aeropuerto de El Alto, puedo testimoniarlo. Viniendo del nivel del mar y sin hoja de coca, se corre el riesgo ante todo de padecer el terrible sorochi.

Consecuentemente, Bolivia solicita de Naciones Unidas la puesta en marcha de la reforma de la Convenci?n sobre Estupefacientes con miras a la eliminaci?n de las disposiciones que criminalizan el cultivo y el consumo de la hoja de coca. La misma Bolivia, al proceder en 1990 a la ratificaci?n de la Convenci?n de Naciones Unidas contra el tr?fico il?cito de estupefacientes y sustancias psicotr?picas, de 1988, ya hab?a formalizado una reserva respecto a las previsiones sobre la hoja de coca. Si se aceptara su criminalizaci?n, se expresaba entonces por Bolivia, "gran parte de la poblaci?n boliviana tendr?a que ser considerada criminal y sancionada como tal, lo que hace que las normas sean inaplicables en el caso concreto". La misma Convenci?n de 1988 ya hab?a levantado a su modo acta del fracaso en la erradicaci?n del cultivo de coca prevista para 1989 pues prorrogaba la tolerancia de los "usos tradicionales l?citos" respaldados por "evidencia hist?rica" (art. 14.2). Ya as? pod?a haber constancia internacional de que la erradicaci?n era imposible, aparte de que tambi?n sea indeseable. Esto ?ltimo, lo de indeseable, no se argumentaba entonces, en 1990. Ahora se hace.

Ahora, tras la Declaraci?n de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Ind?genas, puede perfectamente hacerse. Bolivia alega ante Naciones Unidas el primer par?grafo de su art?culo 31: "Los pueblos ind?genas tienen derecho a mantener, controlar, proteger y desarrollar su patrimonio cultural, sus conocimientos tradicionales, sus expresiones culturales tradicionales y las manifestaciones de sus ciencias, tecnolog?as y culturas, comprendidos los recursos humanos y gen?ticos, las semillas, las medicinas, el conocimiento de las propiedades de la fauna y la flora, las tradiciones orales, las literaturas, los dise?os, los deportes y juegos tradicionales, y las artes visuales e interpretativas. Tambi?n tienen derecho a mantener, controlar, proteger y desarrollar su propiedad intelectual de dicho patrimonio cultural, sus conocimientos tradicionales y sus expresiones culturales tradicionales".

A instancia igualmente de Bolivia, de su misi?n ante Naciones Unidas en Nueva York, el Foro Permanente de Naciones Unidas para las Cuestiones Ind?genas durante su ?ltimo periodo de sesiones, en mayo de este a?o, efect?a una recomendaci?n al prop?sito: "El Foro Permanente reconoce la importancia cultural y m?dica de la hoja de coca en la regi?n andina y otras regiones ind?genas de Am?rica del Sur. Asimismo, se?ala que en la Convenci?n ?nica de las Naciones Unidas sobre Estupefacientes (1961) se proh?be espec?ficamente la masticaci?n de la hoja de coca. El Foro Permanente recomienda que se enmienden o deroguen las secciones de la Convenci?n relativas a la costumbre de masticar la hoja de coca que sean incompatibles con los derechos de los pueblos ind?genas a conservar sus pr?cticas tradicionales en materia de salud y cultura reconocidas en los art?culos 11, 24 y 31 de la Declaraci?n". El art?culo 31 ya est? citado. Se refieren el und?cimo al derecho a las tradiciones y costumbres culturales y el vig?simo cuarto al derecho a las propias medicinas tradicionales y a las propias pr?cticas de salud.

Durante este ?ltimo mes de julio, en su reuni?n regular sobre cuestiones sociales y de derechos humanos, el Consejo Econ?mico y Social de Naciones Unidas aprob? la propuesta presentada por Bolivia para la reforma de la Convenci?n sobre Estupefacientes a fin de eliminar toda previsi?n y todo emplazamiento para la erradicaci?n de la hoja de coca. Conforme al art?culo 47 de la Convenci?n, se abre ahora un plazo de dieciocho meses para que los Estados signatarios presenten sus comentarios. Si no se manifiesta oposici?n de alguno de ellos durante este tiempo, la reforma se producir? autom?ticamente. Si la hay y dada la entidad del asunto, habr? de convocarse una conferencia general de dichos Estados partes de la Convenci?n. De momento, lo propuesto es la eliminaci?n definitiva de aquel plazo que se fijara en un cuarto de siglo para la desaparici?n de la hoja de coca. En un comunicado oficial de la Canciller?a boliviana del 30 de julio, se anuncia que, tras dicha supresi?n, "Bolivia podr? promover incluso la convocatoria de una Conferencia Internacional para que se considere definitivamente la intenci?n de legalizar el masticado de la hoja de coca".

En un discurso ante la misma sesi?n del Consejo Econ?mico y Social de tenor bastante autocomplaciente ("el control multilateral de las drogas deber?a reconocerse como uno de los mayores logros del siglo XX."), el reci?n elegido Presidente de la referida Junta Internacional de Fiscalizaci?n de Estupefacientes, Sevil Atasoy, no hizo referencia alguna al enorme e injustificable error de haber criminalizado la hoja de coca. La misma Junta no ha dado muestras de cejar en la pol?tica de erradicaci?n a ultranza. Esperemos que, pese a todo y gracias a Bolivia, todo esto se remedie de aqu? a no mucho tiempo m?s all? del plazo en curso de dieciocho meses.

Fuente: Bolivia versus Colonialismo: II. Criminalizaci?n de la Hoja de Coca | Bartolom? Clavero


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