Martes, 30 de junio de 2009
Apur?mac, el boom de las papas nativas
Solo a más de 3,500 msnm crecen algunas de las más de 3 mil variedades de papas nativas del Perú. En la región, las papas nativas han atraído la atención de una nueva demanda.
Productores se articulan al mercado con este noble tubérculo, útil tanto en un exquisito plato de huatia hasta para la cura y prevención de diversos males.
Por Cynthia Campos. Texto y fotos.
¿Sabía usted que no todas las variedades de papa son usadas en comidas o en hojuelas? ¿Sabía usted que existe una variedad de papa que alivia la migraña? ¿Y otra que ayuda a las madres a dar de lactar? ¿Y más aún, otra que refuerza la visión? ¿Y otra que incluso está siendo estudiada para darle un uso en la industria de los cosméticos? De todas ellas les traemos noticias. Solo continúe leyendo y verá.
A estas alturas –y no nos referimos solo a los más de 3500 msnm en que están ubicados los sembríos de papas nativas en Apurímac– nos queda claro que existen más variedades de papa de las que podamos aprender en solo unos días. Sin embargo, intentaremos resumir en esta nota tres puntos: la maravilla de la naturaleza, la riqueza de la tierra y el desarrollo que puede surgir si las dos anteriores son manejadas de manera sostenible y responsable.
TODAS LAS PAPAS, TODAS
Este encuentro con la papa nativa tiene como centro la región Apurímac. A casi una hora de la bella ciudad de Andahuaylas, se encuentran los sembríos de tres de los líderes productores de papas nativas más conocidos de la región. El buen José Palomino es uno de ellos y nos recibe en su chacra en la zona de Chulcuiza (distrito de San Jerónimo), donde el frío y la altura hacen su primera advertencia en la estadía.
Don José tiene en su chacra más de 500 variedades de papas nativas. En el Perú existen al día de hoy más de 3 mil variedades de estas. Ojo, no se habla de las variedades más conocidas y comerciales. Estamos hablando de aquellas casi escondidas y más antiguas, que vienen de miles de años atrás.
“Esta, por ejemplo, es la alcarranza. Esta otra es la q’eq’orani. A esta le llaman waqrillos, lo que quiere decir ‘cachos’, por su forma alargada”, explica. En seguida procede a cortar por la mitad cada una de las variedades que ha señalado –con mucho respeto, porque a la papa hay que tratarla así, anota– y en poco tiempo una gama de colores salta a la vista. “Por sus pigmentos interesantes, estas son las preferidas del mercado para preparar los chips o las hojuelas”.
Nadie mejor que él para saberlo. Desde hace más de 30 años que viene cultivándolas junto a toda su familia. Sin embargo, el boom de la papa nativa data desde hace muy poco, apenas unos cuatro años, pues nuevos mercados se han abierto a los productores: las cadenas de supermercados –donde pueden colocar papas frescas de venta al público– y la industria de las hojuelas de papa, chips o papitas fritas envasadas, que ha virado hace poco su atención hacia las variedades nativas.
Es así también cómo la familia de Roberto Maucalle, en el distrito de Kishuará, ha visto la mejoría en sus ventas de papas. Y es que hasta hace unos años Roberto obtenía por un kilo de papas vendido apenas S/.0.20 o S/.0.30 céntimos. Ahora, a través de la venta a una cadena de supermercados, obtiene entre S/.1.80 y S/.2.00 nuevos soles, cuenta. Experiencia similar pasó José Palomino hace ocho años. A una feria agropecuaria a la que asistió como vendedor, llevó 10 sacos de papas nativas y se regresó con la mayoría a cuestas. El último año, en cambio, en pocas horas ya no quedaban provisiones.
La gente está empezando a conocer y a interesarse, estima Óscar Delgado, de Cápac Perú. “El 30 de mayo pasado lanzamos la marca Allin Papa, y las seis toneladas con que se proveyó los supermercados habían ya desaparecido a la semana de colocadas. Tenemos toda una riqueza aquí. Chile tiene alrededor de 200 variedades. José tiene más de 500 solamente en su chacra”. Y los empresarios están pagando. “Hasta hace un tiempo había miedo. Ahora más bien buscan y preguntan a quién hay que pagarle”.
Productores y mercado
Cápac Perú es la ONG que articula la comercialización de papas nativas, explica Delgado. Es además un aliado del Ministerio de Agricultura para estas lides. Se encarga de todo el proceso que viene después de la cosecha de papas, la coordinación técnica entre los productores y el mercado.
Al fundo El Buen Retiro, en Llulluchayoc, distrito de Pacocha, el foráneo llega como en los anteriores casos solamente si es capaz de vencer las alturas. A 3650 msnm la caminata finalmente vale la pena. Arriba esperaban juntos una suculenta huatia (plato a base de papas) y la generosidad de don Antonio Palomino –otro de los productores–.
Previo pago a la tierra y lectura de la hoja de coca, contemplamos la cosecha de la papa, alcarranza en gran parte, la que ante nuestros ojos se va convirtiendo en un banquete junto a ocas, mashua, maíz tostado y chicharrón de cuy, al que concurren trabajadores, productores y ávidos foráneos (ávidos de conocimiento, claro está.
Traigo hampi papas
Allí, entre la exquisitez y la generosidad, Ladislao Palomino, de INIA-Cusco explica otras utilidades de las papas o hampi papas, las que curan males. Y como habíamos prometido al inicio, va la explicación.
“En general, las papas de pigmentación amarilla ayudan a la madre que está dando de lactar. Estas, por su contenido de betacaroteno, ayudan también en los problemas de medida de la vista. Las papas azules, en rodajas colocadas en la cabeza, alivian la migraña. El extracto de papas rojas mejora o previene los problemas cardíacos y renales”.
Y prosigue: “El consumo de papas rojas y azules puede prevenir el Parkinson y el Alzheimer. Una empresa está trabajando en una crema de papas azules porque son buenas para evitar las ojeras y las patas de gallo. La variedad añil se está trabajando para la industria cosmética. En general, todas aplicadas en emplastos alivian las inflamaciones”.
Cuando el conocimiento de Palomino parece no acabar, arremete: “En general, todas estas papas son anticancerígenas, contienen antioxidantes”. Lo dice con sus 25 años de agrónomo, 18 de ellos trabajando en el INIA. Y por si acaso, “la papa no engorda, pero frita sí, cuestión del aceite y otros añadidos”.
Así que, recuérdelo cuando vea en los estantes de los supermercados –o envasadas, por qué no– algunas de estas variedades llegadas a Lima desde las alturas y bajo el suelo serrano. Recuérdelo, y agregue una papita más al caldo, como quien dice.
“Promover el valor agregado”
En Apurímac, se siembran 19 mil hectáreas de papas nativas. 9 mil de ellas están solo en Andahuaylas. Crecen solo a más de 3500 msnm en ambientes de entre 7 y 10 grados centígrados.
“Actualmente se trabaja en preservar la diversidad de papas nativas y el conocimiento de sus propiedades, señala Miguel Quevedo Bacigalupo, promotor de Competitividad del Ministerio de Agricultura. “La idea es articular productores y mercado y promover el valor agregado. A través del INIA, vemos el avance en la producción de semillas y hay trabajo de investigación en Cajamarca, Junín, Ayacucho, Cusco y Puno”, afirma Quevedo.
Además, dijo, se resalta el trabajo articulado de los productores para abastecer juntos el mercado y ofrecer materia prima de calidad. (Edición impresa La República)
Fuente: La República