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Jueves, 02 de abril de 2009

Per?: Fujimori o el culto a la mentira

Llegó al poder mintiendo, huyó del país de la misma manera y ahora grita a los jueces ¡soy inocente!

 
(1) Confiado y con muchos planes llegó a Santiago de Chile en un vuelo privado. (2) En Chile. Chicureo, un condominio de ricos, sirvió para que Fujimori cumpla su arresto domiciliario. (3) En Japón. Sacó pasaporte. (4) ¿Qué pasó? parece decir ya en Lima.

Alberto Fujimori, el hombre que usó una mentira como candidato (el cuento chino del bacalao), huyó del Perú gracias a otra mentira (asistir a una reunión del foro de APEC en Brunei), luego de verse acosado por los escándalos de corrupción, que estallaron en setiembre de 2000 con el vídeo Alberto Kouri-Vladimiro Montesinos, en el que se ve al congresista fujimorista recibir 20 mil dólares de manos del oscuro ex asesor presidencial.

Previamente, Fujimori encabezó el ilegal allanamiento a la casa de Trinidad Becerra, esposa de su asesor Vladimiro Montesinos, para llevarse con el apoyo de un falso fiscal, otra mentira, maletas llenas de vídeos que lo comprometerían con actos de corrupción. Las valijas fueron primero llevadas a Palacio de Gobierno y luego de varias horas una parte (la que no servía) fue entregada a la fiscalía.

Así, entre gallos y medianoche, el entonces presidente partió con un pesado equipaje rumbo a Brunei, con el pretexto de participar en una cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), pero luego huyó a Japón, donde días después anunció su dimisión por fax.

Asustado

Según su hermano, el congresista Santiago Fujimori, el ex dictador se quedó en Japón porque temía por su vida y además por "orgullo", pues no soportaba la idea de ser maltratado en el Perú. Fujimori siempre hizo alarde de que nunca le temblaba la mano. Hasta se hizo fotografiar posando sobre los cadáveres de los emerretistas –algunos ultimados con tiros de gracia- en la residencia del embajador de Japón.

En varias ocasiones, el gobierno peruano intentó, sin éxito, su extradición, porque Fujimori tenía también la nacionalidad japonesa –situación que para muchos indica que no nació en el Perú y por tanto no debió ser presidente-, y fue protegido por el gobierno nipón que en reiteradas oportunidades había manifestado su negativa a entregar a quien consideraba súbdito japonés.

Fujimori, tan acostumbrado a calcular cada uno de sus movimientos, vivía en Japón rodeado de guardaespaldas y a cuerpo de rey, pero siempre decía que un grupo de amigos y empresarios nipones financiaba todos sus gastos, y cuando parecían esfumarse las esperanzas de que algún día el ex dictador enfrente a la justicia, decidió viajar a Chile.

Pero el pequeño avión privado que lo transportó pisó suelo mexicano sin ser detenido, por lo que el presidente Toledo llamó a su homólogo, Vicente Fox, para pedir explicaciones del por qué Fujimori no fue requerido cuando la nave hizo escala en Tijuana. El mandatario mexicano ofreció investigar y ahí quedó la cosa.

De ahí llegó a Santiago de Chile con la idea de emprender luego viaje al Perú, quizá con la intención de volver a encaramarse en el poder, pero ni bien pisó tierra chilena fue detenido por su ingreso irregular y la cancillería peruana formalizó la solicitud de extradición del ex dictador.

En Chile, Fujimori gastó dinero a manos llenas, pues cumplió su arresto domiciliario, mientras duró el juicio de extradición, en un lujoso condominio construido dentro de la hacienda Chicureo, donde el ex dictador recibía todo tipo de visitas e incluso daba entrevistas de prensa. Según fuentes judiciales chilenas, el alquiler mensual de la suntuosa vivienda costaba miles de dólares.

Entre dos y tres policías resguardaban la amplia casa que el japonés arrendó en el condominio construido sobre un inmenso terreno. La casa donde cumplió su arresto domiciliario tenía piscina climatizada, un centro ecuestre, canchas de tenis y de golf, entre otras comodidades.

Además, Fujimori pagó 700 mil dólares al estudio de abogados que lo defendió en Chile en el proceso abierto por la demanda peruana de extradición.
Todo indica que para justificar sus gastos y mover cuentas, Fujimori se casó en segundas nupcias con la ciudadana japonesa Satomi Kataoka, aunque a la distancia, ya que los documentos se registraron en Japón, mientras él estaba detenido en Chile. De ella se supo que era una empresaria que tenía problemas tributarios en su país.

A Senado nipón

Todavía preso en Santiago, Fujimori anunció su candidatura a la Dieta (Senado japonés), con lo cual esperaba tener un as bajo la manga a fin de impedir su extradición y librarse de la justicia peruana bajo la protección del gobierno de Tokio. No obstante, el Poder Judicial de Chile confirmó que la postulación no variaría en nada su condición en el país del sur. El resultado electoral fue desastroso para las aspiraciones de Fujimori.

Siete años después de haber huido del Perú, Fujimori recibió la noticia de que la Segunda Sala Penal de la Corte Suprema de Chile aprobó su extradición por siete de los doce casos por los que Perú lo había solicitado.

El ex dictador preparó “tiradito” para recibir a sus abogados, quienes le comunicaron que la justicia chilena había accedido a extraditarlo al Perú.

Una vez que llegó a suelo peruano, Fujimori fue ingresado al ex fundo Barbadillo, sede de la Dirección de Operaciones Especiales (Dinoes) de la Policía Nacional de Perú (PNP).

Fue el 22 de setiembre de 2007, minutos después de las 5 de la tarde, cuando los peruanos observaron por televisión a un Fujimori con el rostro desencajado, el cabello encanecido y con un sobretodo negro, ingresar a una camioneta negra que lo condujo a la instalación policial.

Largo viaje

El extraditado Alberto Fujimori culminaba así un viaje de 10 horas desde Santiago de Chile y volvía, no por haberse puesto a la orden de la justicia, sino porque fue capturado y traído por el largo brazo de la ley. Volvió sí, pero en calidad de detenido, y fuertemente custodiado por la policia y militares.

Fujimori quedó detenido en la citada unidad de la PNP, ubicada en el distrito de Ate, en un área donde la Dinoes tenía ambientes de reclusión para agentes sancionados por mala conducta. Para el reo fue construida una vivienda sencilla pero cómoda, donde tiene las facilidades propias de un presidio dorado, con un régimen amplio de visitas y otras gollerías.

Allí mismo se habilitó la sala del juicio, en cuya primera audiencia el procesado, el hombre que llegó al poder con una mentira y huyó del país con otra, lo primero que hizo fue gritar a voz en cuello, emitiendo casi un chillido: “¡Soy inocente”

Ex dictador cometió un error de cálculo

Según casi todos los analistas, el ex dictador Alberto Fujimori calculó que en Chile contaría con el apoyo del publicista argentino Daniel Borobio, muy cercano a su gobierno por haberse encargado conjuntamente con Vladimiro Montesinos de sus campañas electorales desde 1990 al 2000.

Otro personaje cercano al fujimorismo que se encontraba en Santiago de Chile era Eduardo Calmell del Solar, quien fue dueño del diario Expreso y de Cable Canal de Noticias (CCN), ambos medios de comunicación que estuvieron al servicio de Fujimori a cambio de un soborno de varios millones de dólares pagados por Montesinos.

Además, esperaba contar con el apoyo de otro personaje de su entorno, el ex dueño de Andina de Televisión, Julio Vera Abad.

Sin embargo, lo que habría decidido realmente a Fujimori viajar a Chile fue el hecho de que el ex presidente Ricardo Lagos desestimó un pedido del Perú para la extradición de otros requeridos por la justicia y el apoyo de empresarios chilenos.

En todo caso, Fujimori se declaró confiado en que la justicia chilena demoraría en decidir su extradición y que aprovecharía ese tiempo con el fin de montar su campaña política para volver al Perú por la puerta grande, pues desde Japón no habría sido lo mismo.

Pero no fue así, la justicia chilena no le dio largas al asunto porque eso podía complicarle el panorama político al gobierno.

Fue un error de cálculo y exceso de confianza lo que posibilitó que sea traído al Perú para ser juzgado por diversos delitos en un megaproceso que ha concitado el interés de todo el mundo.

Fuente: La Primera


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