contra el narcotráfico, despenalización de la hoja de coca

Lunes, 15 de diciembre de 2008

Colombia: Las otras v?ctimas de la coca

La semana pasada, el fiscal Mario Iguarán reveló que son más de cuatro millones de colombianos los afectados por DMG, y que el costo de las pérdidas equivale a unos 2 billones de pesos.

Los habitantes del Cauca, Nariño y Putumayo son los más afectados. Estas regiones, que han registrado incrementos sorprendentes de su actividad comercial de los últimos dos años, y la cual muchos pensaban que se debía al efecto del gobierno Uribe y  su política de seguridad democrática, no estaban sino siendo favorecidas por el éxito de la empresa DMG y su líder, David Murcia, quien había ofrecido a muchos de sus habitantes una forma de ganarse la vida más fácil y lucrativa que raspar coca.
El resultado de esta impresionante operación de lavado de activos terminó  convirtiendo a los productores de la coca en beneficiarios de sus ganancias. Algo así como repartir acciones de la industria más rentable del mundo, el narcotráfico, a sus mismos trabajadores.

Fue por eso por lo que la semana pasada llegaron a Bogotá más de 600 personas  provenientes del Putumayo (debe de ser que estaban bien arriba de la pirámide porque, además, llegaron en avión), según ellas, no para que les devuelvan su dinero, sino para que les devuelvan su empresa y dejen en libertad a su líder, David Murcia.

Pero esto seguramente no ocurrirá y todas aquellas inocentes personas terminarán como unas de las tantas víctimas del tráfico de narcóticos, o mejor, de su prohibición.

Y esta es la única razón por la cual el Gobierno no puede permitir que se legalice una empresa como DMG, porque hacerlo significaría legalizar también el narcotráfico, el mismo que ha llenado de bala y sangre a Colombia en los últimos 40 años, la fuente de financiación de las Farc y los paramilitares, el mayor causante de corrupción dentro de nuestras instituciones y el peor estigma de los colombianos en el exterior.

Me pregunto cuándo llegará el día en que los colombianos seamos capaces de levantarnos ante el mundo para hacerlo entender que este problema es de todos y no solo de nosotros. Que por más que se sigan invirtiendo cifras alarmantes en la lucha contra las drogas, esta seguirá fracasando inevitablemente, mientras que los habitantes de de los países consumidores (entre los cuales ya se encuentra Colombia), incluyendo sus líderes políticos,  sigan consumiendo cocaína.

Pero ya no estamos solos. México, el corredor de la droga a los Estados Unidos, ya está notablemente contaminado de narcotráfico o, mejor, de la lucha contra este que se viene librando en su territorio. Por ahora, están pasando una fase de violencia desenfrenada similar a la ocurrida en Colombia a finales de los 80. En menos de 10 años, seguramente desarrollarán un sofisticado mecanismo de lavado de activos, parecido o mejor al de DMG. Y en menos de cincuenta años toda América Latina estará inundada de guerra contra el narcotráfico. Mientras tanto, en países consumidores, la droga permanecerá al mismo precio, sus ventas seguirán creciendo y sus gobiernos se seguirán haciendo los de la vista gorda.

¿Cuál puede ser la solución? Ya muchos la saben, y no se cansan de decirlo, pero, al parecer, quienes hablan de la legalización del tráfico de drogas siguen siendo vistos como un grupo de desadaptados que hasta pueden llegar a ser catalogados de terroristas en algún momento. En todo caso, si los líderes de nuestro país no comienzan a ver el problema del narcotráfico con otros ojos, seguirán apareciendo en Colombia 'Águilas negras', pactos de Ralito, DMG y, peor aún, el gran talento de los colombianos, como el de David Murcia Guzmán, se seguirá malgastando en actividades ilícitas, que al final no dejan sino más pobreza y frustración.

Por Camilo de la Cruz

Fuente: Columnistas - ELTIEMPO.COM


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