Martes, 16 de septiembre de 2008
La Coca una planta sagrada, el narcotr?fico una plaga maldita
Tierra Profanada: Impacto de los megaproyectos en territorios indígenas en Colombia. Cultivos ilícitos, megaproyectos
Lo que afecta a los indígenas no es el cultivo de coca, es el uso que la sociedad le ha dado a esta planta; no es la hoja de coca lo que ha causado problemas, sino el negocio de narcotráfico que se ha hecho de ella. “No deja de ser irónico que una planta de ancestral uso religioso, cultural y alimentario de algunos pueblos indígenas se convierta en una globalizada, violenta, voraz y destructiva industria en manos de los no indígenas”, sostiene el estudio realizado por Human Rights Everywhere, HREV, titulado: “Tierra Profanada: Impacto de los megaproyectos en territorios indígenas en Colombia”.
Esta es la segunda parte del estudio que, inicialmente, se realizó en 1995 y que busca dimensionar el impacto que los megaproyectos causan en los pueblos indígenas y sus territorios. El estudio surgió a petición de la Organización Nacional Indígena de Colombia ONIC.
Según la HREV los pueblos indígenas de Colombia, además de tener que resistir y luchar contra el impacto destructor de los cultivos ilícitos sobre sus territorios, también lo tienen que hacer contra la desproporcionada política antinarcóticos del Estado. “La política antinarcóticos incrimina a los indígenas en cuyos resguardos hay presencia de coca, ya sean cultivadores o simples afectados de los cultivos que se establecen ilegalmente en sus territorios, y pretende criminalizar una planta de profundo sentido ritual y cultural para algunos pueblos”.
El cultivo de coca para usos ilícitos se plantea como un megaproyecto; su expansión productiva y comercial ha generado una serie de impactos que afectan la vida y permanencia de los indígenas y comunidades rurales en sus territorios. “La producción de la hoja de coca, su procesamiento y la posterior exportación de sus derivados para el mercado de estupefacientes es uno de los megaproyectos agroindustriales más dinámicos de Colombia”.
Es evidente, pues, que la llegada de los cultivos ilícitos, trajo consigo, la vulneración del territorio, el debilitamiento cultural de las comunidades, la violencia armada y la inseguridad alimentaria. “El impacto de esta “agroindustria ilegal”, argumenta el informe, sumado al de las fumigaciones y otras políticas antinarcóticos del Estado fragiliza enormemente a los pueblos indígenas “que han venido sufriendo sucesivamente de otros megaproyectos (extracción de hidrocarburos, minería, plantaciones de caucho o palma aceitera…
”, contribuyendo, así, a la extinción cultural que atraviesan.
Estudiar y conocer el grado de afectación estos megaproyectos en territorios indígenas -según tierra Profanada- conduce a que los pueblos indígena y sus organizaciones asuman el reto de generar estrategias de respuesta y resistencia, para que las instituciones encargadas de la salvaguarda de los derechos fundamentales actúen en consecuencia y para que los responsables de las políticas públicas hagan que éstas no sean lesivas con sus derechos.
Paralelo al desarrollo del narcotráfico surgen medidas o políticas, por parte del gobierno, que buscan contrarrestarle. El estudio advierte que “el Estado colombiano implementa otro megaproyecto, cuya piedra angular es el Plan Colombia, que pretende erradicar los cultivos de coca y amapola y atacar el narcotráfico. Ambos proyectos (el de cultivos ilícitos y el de su erradicación) tienen una gran incidencia sobre los territorios y pueblos indígenas de Colombia”.
Los impactos que provoca este megaproyecto sobre los pueblos indígenas se pueden sintetizar, según el documento en tres grandes categorías: impactos sobre la gobernabilidad y autonomía política; Impactos socioculturales e impactos sobre el territorio y la base material de sustento.
La coacción armada y el empleo de la violencia por parte de narcotraficantes, grupos armados o autoridades estatales han afectado la vida de estos pueblos “La infiltración del narcotráfico, en base a su gran poder corruptor, en los centros de poder nacional influye a la hora de hacer legislación restrictiva o lesiva de los derechos indígenas”.
Tierra Profanada: Impacto de los megaproyectos en territorios indígenas en Colombia, para este caso puntual, analiza el caso de los cultivos ilícitos que también han estado ligados al conflicto armado. “La militarización de las zonas de producción de coca y de los Resguardos afectados por los cultivos tiene un gran impacto sobre las comunidades. La militarización y el confinamiento forzoso en los Resguardos afectan la vida social y ritual de los indígenas, lo que facilita la disgregación cultural.
“El megaproyecto de los cultivos ilícitos en Colombia y su contraproyecto son violatorios de los derechos de los pueblos indígenas e impactan grave y negativamente sobre sus gentes y territorios. Una gran parte de esos impactos y violaciones está íntimamente asociada al conflicto armado colombiano”.
Fuente: Actualidad Étnica