contra el narcotráfico, despenalización de la hoja de coca

Lunes, 28 de enero de 2008

Gu?a del Usuario para el Nuevo Milenio

Las heroicas haza?as de Coca-Cola durante la Segunda Guerra Mundial tuvieron su recompensa, y su alcance mundial igual? al poder norteamericano.
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Los militares norteamericanos siempre ten?an a mano la tranquilizadora botellita, y Mary Churchill, la hija de Winston, lleg? incluso a bautizar un destructor con una botella de Coca-Cola. La bebida se vend?a en casi todas partes, y la publicidad implacable era parte de la conciencia cotidiana y un emblema de la confianza de los norteamericanos.

Era de prever que los primeros en protestar contra lo que ve?an como un secreto plan cultural fueron los comunistas franceses, quienes en 1949 se refirieron a la ?Coca-Colonizaci?n? de Europa e intentaron organizar una prohibici?n. Hasta el siempre tan sobrio Le Monde denunci? ?los peligros que Coca-Cola representa para la salud y la civilizaci?n francesas?, y compar? la publicidad de la compa??a con la propaganda nazi: ambas ?embriagaban? a las masas. Por desgracia para quienes protestaban, a demasiada gente le gustaba realmente la cosa, algo que los intelectuales de izquierda nunca pudieron entender. El cineasta Jean-Luc Godard acept? impl?citamente el poder de Coca-Cola y del sue?o norteamericano cuando se refiri? a los j?venes de los a?os sesenta como ?los hijos de Marx y Coca-Cola?.

La Coca-Cola hab?a derrotado f?cilmente al marxismo, pero una amenaza m?s siniestra a?n aparec?a en el horizonte: la Pepsi. Esta bebida a base de pepsina, creada en 1898 por Caleb Bradham, un farmac?utico de Carolina del Norte, nunca lleg? a igualar las ventas de Coca-Cola, pero su presencia en el mercado aument? continuamente a lo largo de las d?cadas. Obsesionada con el desaf?o de Pepsi, Coca-Cola se encontr? inmersa en un conflicto global que a?n contin?a en nuestros d?as. Coca-Cola pod?a tener su f?rmula secreta, pero Pepsi ten?a a Joan Crawford, viuda del presidente y temible testaferro. Los ejecutivos de Coca-Cola fueron los ?nicos norteamericanos que consideraron que hab?an perdido la guerra del Golfo... contra Pepsi. Cuando Norman Schwarzkopf firm? el alto el fuego se ve?a claramente junto a ?l una botella de Pepsi Diet. En la central de Atlanta nunca se llamaba a Pepsi por el nombre sino que se refer?a a ella como ?la competencia?, y si se sorprend?a a alguien bebiendo Pepsi significaba su inmediato despido. Esa mentalidad de b?nker fue la causa de la mayor metedura de pata en la historia de Coca-Cola: Coca Nueva, un intento por deshacerse para siempre de Pepsi, con una nueva f?rmula por la que los consumidores hab?an mostrado su preferencia en las pruebas de degustaci?n.

Pero los mitos nunca mueren. Un vasto clamor p?blico exigi? la restauraci?n de la Coca-Cola cl?sica. En un ap?ndice, Pendergrast enumera los ingredientes de la f?rmula ultrasecreta ?7X?, que nunca fue tan secreta como pretend?an los publicistas. Para nuestra desilusi?n, la f?rmula consiste en aceites de lim?n, naranja, nuez moscada, canela y cilantro. Yo me esperaba incienso, oro y mirra, como m?nimo.

Pero eso constituye la f?rmula de una bebida, no de un sue?o, y el sue?o de Coca-Cola se ha fundido para siempre con nuestra noci?n de un cierto tipo de alegr?a norteamericana que, aunque no es del gusto de todos, resulta dif?cil de resistir. Las encuestas, al parecer, muestran que ?Coca? es la segunda palabra m?s reconocida en el mundo. La primera es ?OK?. La genialidad de Coca-Cola es haber logrado que ambas signifiquen lo mismo.

Daily Telegraph

1993

Por J. G. Ballard

Fuente: P?gina 12

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