contra el narcotráfico, despenalización de la hoja de coca

Mi?rcoles, 02 de enero de 2008

Psiquiatr?a y Drogas

El discurso de la psiquiatr?a

Caracteriza a las disciplinas, cuando se consolidan, el poseer un lenguaje propio, un lenguaje que las constituye y funda.Tal lenguaje se consolida a partir de la interacci?n, entre el lenguaje ?natural? o corriente? y el discurso cient?fico.

Lo que llamamos ?discurso cient?fico? es un espacio de representaci?n colectiva en el cual se da la ciencia como actividad humana.El trabajode la ciencia consiste en una permanente reformulaci?n de sus objetos.De hecho, las disciplinas cient?ficas pueden caracterizarse como discursos que creany re-crean los objetos de los cuales ?fabrican? enunciados.Estos arte-factos se convierten, cuando el di?logo y la pol?mica fructifican, en factos.Los ?hechos? de la naturaleza suelen ser el resultado de disputas zanjadas.Las ?verdades? de la ciencia no son el fundamento de las comunidades cient?ficas.Las comunidades cient?ficas son comunidades de problemas y, sobre todo, de ret?ricas.Una f?sico reconoce a otro f?sico por su modo de concebir y desarrollar enunciados veros?miles sobre alg?n inter?s com?n.

Es necesario pues, estudiar el discurso cient?fico en tanto que discurso, hay que reflexionar sobre sus or?genes y modo de constituci?n, hay que aceptar que no es s?lo un producto sino una fuerza productiva.La realidad es una narrativa exitosa.Es aquello que se hace hablando en una comunidad de reconstrucciones de objetos que s?lo existen en tanto se habla de ellos de una determinada manera.

El discurso del especialista no es m?s que una diferenciaci?n, a veces deformada, del lenguaje corriente.Especialmente en las disciplinas cuya formalizaci?n discursiva no es de orden matem?tico y que basan su progreso m?s bien en la acumulaci?n y ordenamiento de enunciados con contenido emp?rico. La verosimilitud, que no es precisamente la verdad sino una narrativa exitosa, es el logro al que aspira la ciencia.Sus instrumentos se perfeccionan en direcci?n a una ret?rica convincente, el argumento que da cuenta del m?ximo n?mero de fen?menos, que a la vez resulta econ?mico y elegante por su precisi?n.Tal es el caso del discurso de la psiquiatr?a.

Puede ser que la psiquiatr?a y otras disciplinas de car?cter antropol?gico-m?dico no sean comparables a las ciencias que la tradici?n considera fundamentales, dado que en ella son evidentes ciertos rasgos de mutabilidad y obsolescencia que el historicismo ha considerado inherentes a la realidad social. Es innegable el impacto de la cultura y la ?poca en la constituci?n de un vocabulario t?cnico y de su repertorio de conceptos. No son pocos los ejemplos en los que una afortunada expresi?n abri? insospechados caminos a la investigaci?n y la pr?ctica.No son escasos, tampoco, aquellos en que una palabra, por ese proceso que Luk?cs llam? ?reificaci?n?, se convirti? en cosa, creando un espejismo, un pseudoproblema en torno al cual se articul?un modo dehablar y se fundaron subdisciplinas y especialidades completas,hasta el punto de hacer pensar -c?ndidamente- que se avanzaba en las profundidades de la realidad natural.Un claro ejemplo de estost?rminos desorientadores que se son extra?amente 'fruct?feros' fue la voz 'esquizofrenia'.

Ahora bien, otro problema referido al estatuto del saber psiqui?trico es el del discurso inquisidor, la forma en que emplaza sus constructos como dispositivos del poder, de modo tal que una mismaexpresi?n en boca de un profano carece del peso -o las consecuencias en el orden m?dico-jur?dico- que tiene si es dicha por un perito psiqui?trico.Supongamos que alguien rotula a un individuo de ?demente?.Obviamente, la ?verdad? no interesa para poner en marcha, por ejemplo, el sistema de atenci?n m?dica.S?lo la reconstrucci?n t?cnica de lo designado por el vocablo es v?lida socialmente.Y ello, en virtud de ser el t?rmino usado por alguien que ?sabe?.Saber, en este caso, supone que el instrumental ling??stico ha sido previamente ?socializado? en usos y contextos espec?ficos por parte de qui?n profiere la expresi?n. Participar, en rigor, de una tradici?n que valida el uso.

As? el trabajo de investigaci?n, en cualquier disciplina, consiste en construir significados o, lo que es casi id?ntico, inventar objetos para hablar de ellos.El lenguaje es la realidad constitutiva esencial de toda ciencia y tambi?n de toda pr?ctica social.Una y otra se perpet?an por la ense?anza, que es la reconstrucci?n perenne de los significados sociales.

Hacer del discurso de la psiquiatr?a el punto central de la indagaci?n, estudiarlo en sus mutaciones y en sus permanencias, no significa otra cosa que detenerse en su opacidad.

Los usos determinan el pensar.Muchos usos de la ciencia psiqui?trica de frontera no son ajenos.Se han gestadoen otras realidades, responden a distintos desaf?os.Su impronta en el lenguaje nos obliga a veces a decir lo que no queremos, o a querer, lo que no decimos.Espera, en embri?n, una psiquiatr?a latinoamericana que no sea simple recuerdo ni tampoco soberbia ignorancia y pintoresco localismo.Esa ?ciencia solitaria?no se basar? en la negaci?n de s? ni en negaci?n de otras.Debe basarse sobre un di?logo de permanente reconstrucci?n.Para hacerla, es fundamental detenerse en el discurso, que la expresa y constituye.











El concepto de enfermedad mental
La teor?a de la enfermedad mental es cient?ficamente imprecisa y su estatuto esta a?n por definirse. La psiquiatr?a como instituci?n represora es incompatible con los principios de una sociedad democr?ticay libre, y debe ser abolida. Al negar la validez cient?fica de la teor?a de la enfermedad no se esta negando la realidad de las enfermedades neurol?gicas, la locura, el crimen, el consumo de drogas y los conflictos sociales.

El concepto de enfermedad mental tuvo su utilidad hist?rica pero en la actualidad, es cient?fica m?dica y jur?dicamente inapropiado, as? como moral y pol?ticamente incorrecto por las razones que veremos en este art?culo.



El mito de la 'enfermedad mental' y la fabricaci?n de la locura.
En 1961, Thomas Szasz, m?dico psiquiatra, psicoanalista yactualmente Profesor Em?rito de la Universidad del Estado de New York, public?El mito de la enfermedad mental, que inici? un debate mundial sobre los denominados trastornos mentales. Szasz anota que la mente no es un?rgano anat?mico como el coraz?n o el h?gado;por lo tanto, no puede haber, literalmente hablando, enfermedad mental. Cuando hablamos de enfermedad mental estamos hablando en sentido figurado, como cuando alguien declara que la econom?a del pa?s est? enferma. Los diagn?sticos psiqui?tricos son etiquetas estigmatizadoras aplicadas a personas cuyas conductas molestan o ofenden a la sociedad. Si no hay enfermedad mental, tampoco puede haber hospitalizaci?n o tratamiento para ella.Desde luego, las personas pueden cambiar de comportamiento, y si el cambio va en la direcci?n aprobada por la sociedad es llamado cura o recuperaci?n.

As? pues,lo que la gente llama enfermedad mental como tal, no existe.Lo que hay son conductas, conductas anormales. Enfermedades son cosas como el c?ncer y la hipertensi?n, por ejemplo.

En la mayor?a de las as? llamadas enfermedades mentales, no hay un correlato org?nico, una lesi?n neurol?gica, un trastorno qu?mico, no hay un gen de la locura.; salvo en situaciones excepcionales como la depresi?n end?gena, donde hay un problema a nivel de neurotransmisores (serotonina), pero si es una enfermedad es una como cualquier otra, no constituye una categor?a aparte, ella -como cualquier otra- puede ser medicada, lo que es distinto a ser sedada, mantener en un estado de semi-inconsciencia; y si puede ser tratada a?n cuando sea cr?nica, como la diabetes, no se justifica que existan Hospitales especiales -segregados- como el Psiqui?trico, la Cl?nica, etc., la locura no es contagiosa.

Existen diferencias pol?tico-religiosas entre ayudar a alguien con su consentimiento y tratar a alguien con drogas a la fuerza. El psiquiatra dice que el paciente est? enfermo y que est? sufriendo, mientras el enfermo pide que lo dejen en paz.

Thomas Szasz dirigepues el combate contra los internamientos psiqui?tricos- se?ala, como se ha anotado que la enfermedad mental no existe y que los ?locos? tratan de decirnos cosas inc?modas, lo que no queremos o?r. La sociedad cuenta con los psiquiatras para silenciarlos. Esta conspiraci?n de silencio es lo que denuncia Szasz. Lo que se denomina 'enfermedades mentales' son los comportamientos de individuos que nos perturban. Laesencia de la locura es el disturbio social y el tratamiento que se aplica a aquellos que la ?padecen? se asimila al de un cargo pol?tico en el marco de un Estado totalitario, el de disidencia. As? la psiquiatr?a es tambi?n un emplazamiento de lo que se ha dado en denominar el Estado Terap?utico, caracterizado por una excesiva sociedad excesivamente medicalizada y una cultura que tiene como correlato el crecimiento desmedido de la industria farmac?utica y sus obscenas ganancias, llegandoa constituir una de las?reas de actividad econ?mica m?s rentables y pujantes.

Si la esquizofrenia es una enfermedad del cerebro como, digamos, la enfermedad de Parkinson, o la enfermedad de Alzheimer, o la esclerosis m?ltiple, ?c?mo es que en muchos pa?ses hay leyes especiales de salud mental que obligan al internamiento o al tratamiento forzado de los llamados esquizofr?nicos? Pero se sabe que nohay leyes especiales para el tratamiento coercitivo de las pacientes con Parkinson, Alzheimer y esclerosis m?ltiple.

Al se?alar que la esquizofrenia es parte del mito moderno de la enfermedad mental, no se intenta negar la existencia de la locura. De hecho, la locura abunda dentro y fuera de los manicomios (ahora llamados hospitales mentales). Lo que estoy cuestionando es la veracidad cient?fica de categorizarlay tratarla como una enfermedad leg?tima tan curable como una apendicitis o una neumon?a. La locura, en su sentido cl?sico y literario, es m?s bien un asunto personal (anormalidad) o pol?tico (desacato o disidencia).

La Psiquiatr?a Institucional comprende todas las intervenciones impuestas a las personas por los dem?s. Estas intervenciones se caracterizan por la completa p?rdida, por parte del denominado paciente, del control de la relaci?n con elpsiquiatra.Su aspecto econ?mico m?s importante es que el psiquiatra es un empleado pagado por una entidad privada o p?blica. Su caracter?stica social m?s destacada es el uso de la fuerza o del enga?o.

Ahora bien, Szasz no es el ?nico, pero ha sido uno de los primeros en denunciar la represi?n de la locura con su cortejo de camisas de fuerza, encierros, electroshocks, lobotom?as y embrutecimientos qu?micos. Michel Foucault lo hizo en Francia con su c?lebre Historia de la locura, y Ronald Laing prosigue un combate parecido en Gran Breta?a. ?Estoy al lado de Foucault -dice- en cuanto a denunciar la opresi?n psiqui?trica, pero me separo totalmente de ?l en el an?lisis y las soluciones.?Foucault ve?a en los asilos un instrumento de represi?n de la burgues?a contra las ?clases peligrosas?. Esto eshist?ricamente falso, se?ala Szasz. Los primeros asilos fueron creados en Gran Breta?a por la aristocracia para impedir que sus miembros ?desviados? disiparan su fortuna. El diagnostico de locura ha sido, y sigue siendo, un medio para desembarazarse de los que molestan. El loco es el que perturba, cuestiona, acusa. La locura no puede, por otra parte, ser definida con ning?n criterio objetivo.

Tomemos la esquizofrenia: es el diagn?stico de ?locura? m?s corriente. Los psiquiatras tratan de hacernos creer que existe con el mismo t?tulo que el c?ncer o una ?lcera. En la mayor?a de casos, lo que se llama esquizofrenia no se corresponde con ning?n desarreglo org?nico. Debe dejarse de afirmar que, detr?s de cada pensamiento torcido, hay una neurona torcida. Si ?ste fuera el caso, precisa Szasz, habr?a que tratar la esquizofrenia como cualquier otra. Otros exig?an medidas m?s dr?sticas, especialmente los paladines de lo que se llam? ?movimiento antipsiqui?trico?, el cual tuvo mucho reconocimiento en las d?cadas de 1960 y 1970.Sus principios eran variados y controvertidos: la enfermedad mental no era una realidad objetiva de comportamiento o bioqu?mica sino una etiqueta negativa o una estrategia para lidiar con un mundo loco; la locura ten?a su propia verdad y la psicosis, en tanto que proceso de curaci?n, no deber?a ser suprimida farmacol?gicamente.

No existe siquiera un m?todo objetivo para describir o dar a conocer los descubrimientos cl?nicos sin recurrir a la interpretaci?n subjetiva y tampoco se cuenta con una terminolog?a uniforme y precisa que comunique exactamente lo mismo a todos.Por consiguiente, se tienen profundas divergencias en el diagn?stico, hay un influjo continuo de nuevos t?rminos y una nomenclatura que no deja de cambiar, as? como un exceso de hip?tesis que tienden a ser presentadas como hechos.Adem?s, la etiolog?a sigue siendo especulativa, la patog?nesis sumamente oscura, las clasificaciones predominantemente sintom?ticas y, por tal, arbitrarias o posiblemente ef?meras; el tratamiento f?sico es emp?rico y est? sujeto a modas mientras que la psicoterapia se halla a?n en pa?ales y suele ser doctrinaria e ideol?gica.



Antipsiquiatr?a y derecho.
La psiquiatrizaci?n del crimen y la humanizaci?n de la pena.

Esta psiquiatrizaci?n del crimen ha dado origen al mito del paciente mental peligroso: con bastante frecuencia los medios masivos de comunicaci?n informan sobre un crimen alque, enseguida y tras la entrevista a un psiquiatra o psic?logo, se le endilga el calificativo de trastorno mental. Aunque no hay ninguna evidencia de que los llamados pacientes psiqui?tricos son m?s peligrosos que los normales (la situaci?n actual apunta m?s bien a todo lo contrario), el mito del paciente mental peligroso se resiste a morir.

El consumo de drogas legales e ilegales. Aunque la humanidad ha usado (y abusado de) drogas tales como el alcohol, la coca, la marihuana, el opio y sus derivados, y el tabaco durante siglos, el llamado problema de la droga, o drogadicci?n, o farmacodependencia, o abuso de drogasfue una creaci?n del siglo XX con la promulgaci?n de las primeras leyes antidrogas , y la inclusi?n del uso de ciertas drogas en la lista oficial de trastornos mentales de la Asociaci?n Psiqui?trica Americana. Hasta ese entonces, no ten?amos el llamado problema de la droga, ni la palabra drogadicci?n ten?a la connotaci?n peyorativa que hoy tiene.

D?cadas m?s tarde, la guerra antidrogas, supuestamente ejecutada para erradicar el consumo, es llevada a cabo con tanta insensatez y ferocidad que sus terribles consecuencias (un ambientede persecuci?n inquisitorial,criminalidad, corrupci?n, da?o ecol?gico y toxicidad agregada por la impureza) han terminado por afectar a toda la sociedad.

La historia de la ciencia est? llena de teor?as y modelos que fueron descartados una vez que se lograron avances que permitieron un conocimiento preciso de los fen?menos. No veo por qu? no va a ocurrir lo mismo con la teor?a de la enfermedad mental. Nos corresponde a los cient?ficos la responsabilidad social derevisar cr?tica y constantemente el estado de nuestros conocimientos para as?ponernos al d?a en nuestra labor.

La teor?a de la enfermedad mental tuvo, pues,su utilidad hist?rica hasta el siglo pasado pero es, en la actualidad, cient?fica y m?dicamente anticuada pues permite diagnosticar y tratar comoenfermos mentales a pacientes con enfermedades cerebrales o de otro tipo que cursan con trastornos involuntarios de conducta; y es moral y pol?ticamente da?ina porque se ha vuelto una cortina de humo para toda una serie de problemas econ?micos, existenciales, morales y pol?ticos que, estrictamente hablando, no requieren terapias m?dicas sino alternativas econ?micas, existenciales, morales y pol?ticas.

En Gran Breta?a el l?der de la antipsiquiatr?a fue el igualmente carism?tico Ronald Laing (1027-1989), un psiquiatra de Glasgow inspirado por la filosof?a existencialista de Sartre. ?ste advierte, con un aforismo t?pico, que ?la locura no es necesariamente s?lo colapso sino tambi?n descubrimiento.Es una liberaci?n potencial y una renovaci?n lo mismo que esclavitud y muerte existencial?.En 1965 fund? el Kingsley Hall, una comunidad (se evitaba el t?rmino ?hospital?) en un barrio obrero al este de Londres donde los residentes y los psiquiatras viv?an bajo el mismo techo, estos ?ltimos estaban all? para ?ayudar? a los pacientes a superar las largas regresiones que caracterizan a la esquizofrenia.Laing fue un brillante escritor que se granje? un circulo de seguidores durante el tiempo de la contracultura y las protestas estudiantiles contra la guerra de Vietnam.Pel?culas como Family Life (1971) y Atrapado sin salida (One Flew Over the Cuckoo's Nest, 1975) suscitaron opiniones en contra de los asilos crueles y el papel polic?aco y normativo de la psiquiatr?a.

Se ha hablado de una ?fabricaci?n de locura? para designar aquella pr?cticaque consisteen asignar etiquetas psiqui?tricas -rotular- a personas que son extra?as, que plantean un desaf?o o que representan una supuesta plaga social.En este desenfreno estigmatizador, los psiquiatras org?nicos no son menos culpables que Freud y sus seguidores, cuya invenci?n del inconsciente -seg?n alega Szasz- prest? nuevos br?os a difuntas metaf?sicas de la mente y teolog?as del alma.

La antipsiquiatr?a, asociada fundamentalmente con pol?ticas de izquierda, reclamaba la desinstitucionalizaci?n de las pr?cticas psiqui?tricas.Al mismo tiempo y desde un ?ngulo totalmente diferente, los pol?ticos de la extrema derecha, incluyendo a Ronald Reagan en los Estados Unidos y Margaret Tatcher en el Reino Unido, dieron su apoyo a la ?asistencia comunitaria? ya que se opon?an a la idea de un Estado benefactor y les interesaba eliminar esas costosas camas de los hospitales psiqui?tricos. Enfermedad, y no hacer de los enfermos mentales una categor?a aparte, a los que se encierra y se cuida de manera imperativa.



El psiquiatra es el inquisidor del siglo XX
?Para comprender el papel de la enfermedad mental en nuestra sociedad, conviene saber que nos encontramos en presencia de un fen?meno religioso, no cient?fico.? El diagn?stico de ?locura?, a?ade Szasz, ha sucedido, en nuestra civilizaci?n occidental, a la ?posesi?n?. La bruja, los pose?dos, molestaban, y eran, por tanto, eliminados por los inquisidores en nombre de la verdadera fe. Hoy, los psiquiatras son los nuevos inquisidores, y proceden a una eliminaci?n semejante, pero ahora en nombre de la ?verdadera? ciencia. Anta?o se cre?a en la religi?n; hoy en la ciencia.

Una prueba adicional, seg?n Szasz, del car?cter pseudo-cient?fico de la enfermedad mental es la evoluci?n de los diagn?sticos seg?n las costumbres y las variantes culturales. A fines del siglo XIX, los psiquiatras trataban sobre todo a los hist?ricos y epil?pticos. La hist?rica, como la bruja de la Edad Media, era generalmente una joven. De hecho, explica Szasz, la histeria no es otra cosa que una categor?a verbal inventada por Charcot, el maestro de Freud, para medicalizar los conflictos que surgen entre las mujeres j?venes y su entorno. Hoy, la histeriaha desaparecido pr?cticamente -y sin tratamiento-, comodiagn?stico a ca?do en desuso. Ha sido reemplazada por la esquizofrenia y la paranoia. La conclusi?n de Szasz es que ?lo que nos molesta ha evolucionado?. Ahora bien, los pretendidos enfermos mentales buscan precisamente incomodarnos: ?La enfermedad mental es la mayor?a de las veces una representaci?n destinada al p?blico.? La esencia de la locura es el disturbio social. Pero los ?locos? hacen algo m?s que molestarnos. A pesar suyo, nos prestan tambi?n eminentes servicios. El concepto de ?enfermedad mental? nos permite acomodar comportamientos que nos cuesta aceptar que puedan ser normales y ello porque atentan contra nuestro narcisismo primario. Conductas como, por ejemplo, el ?crimen?. Hoy ?los criminales ya no son ejecutados; sino son tratados? , este es uno de los alegatos de la antipsiquiatr?a.

El concepto de ?enfermedad mental? puede llegar a ser ?til, -para gente interesada-/ nos presta eminentes servicios.El concepto de ?enfermedad mental? nos permite acomodar comportamientos que nos cuesta aceptar que puedan ser normales.Por ejemplo, el ?crimen?.

Un ejemplo: En el estado de Florida, un condenado a muerte no puede ser ejecutado porque los psiquiatras de la prisi?n lo encuentran demasiado loco para sufrir su pena ?Hay que curarle, para poder ejecutarlo? pregunta Szasz

Los criminales ya no son ejecutados, sino que so tratados. La gente busca la enfermedad mental o la locura detr?s del crimen; pero en la mayor?a de los casos el criminal es normal y lo bastante inteligente para hacer cr?menes complejos.

?Por qu? no aceptar que en el hombre hay, como dir? Freud, pulsiones Thanaticas; destructivas y autodestructivas; y que puede ser un animal asesino. La resistencia a reconocer todo esto responde a nuestro narcisismo primario, como a la excesiva medicalizaci?n de nuestra sociedad, la que ha conducido a considerar la apelaci?n a la locura como un atenuante en lo que se ha dado en llamar la humanizaci?n de la pena.

Pero lo cierto es que en la historia han existido muchos asesinos y nadie ha dicho que eran ?enfermos?, nadie dijo que Ca?n estaba enfermo cuando mat? a Abel.Hitler que mat? a millones de jud?os, era de hecho un personaje popular, el l?der de Alemania, aclamado en los m?tines;despu?s, mucho m?s tarde, se dijo que estaba loco; lo cual vendr?a a ser un atenuante para tanta atrocidad.

A este respecto consideremos el caso de un condenado a muerte, en Florida, no puede ser ejecutado porque los psiquiatras de la prisi?n lo encuentran demasiado loco para sufrir su pena. ?Hay que curarle, para poder ejecutarlo?, pregunta Szasz.El tribunal Supremo de los Estados Unidos tiene la palabra.

Pero ?por qu? se obstina hoy la gente en buscar la enfermedad mental detr?s del crimen??Es por humanidad?Todo lo contrario, responde Szasz.Si reconocemos que un hombre es capaz decometer a sabiendas un crimen espantoso, es porque la naturaleza humana puede ser absolutamente malvada.Y ocurre que lo que deseamos es que la naturaleza humana sea buena.No queremos admitir que el libre albedr?o pueda conducir al crimen.Por tanto, el crimen no debe ser el resultado del libre albedr?o, sino el de la enfermedad mental.

Hasta el siglo XVIII, el Mal era interpretado como una posesi?n por el diablo.Hoy, el Mal es necesariamente el signo de un trastorno gen?tico y qu?mico,Todo esto, seg?n Szasz, tiene relaci?n con el pensamiento m?tico, no con la ciencia.Por otra parte, a?ade, si verdaderamente el comportamiento puede analizarse a partir de la observaci?n del cerebro, ?por qu? no tratamos de averiguar las causas qu?micas de una buena acci?n, y nos interesamos s?lo por las malas??En realidad, la mayor parte de los criminales es normal, e incluso suficientemente inteligente para llevar a cabo cr?menes muy complejos.?

Una de las conclusiones de la antipsiquiatr?a es que nada, seg?n el conocimiento actual del funcionamiento del cerebro, permite explicar nuestras elecciones.El libre albedr?o no es un fen?meno qu?mico o el?ctrico.Es imposible leer nuestros pensamientos en el cerebro.Si bien es exacto que ciertos pensamientosdesencadenan ciertas reacciones qu?micas, la causa de la reacci?n es el pensamiento libre.

Pero, precisa Szasz, la transformaci?n de los criminales en enfermos mentales no es m?s que la punta del iceberg.Es s?lo la expresi?n caricaturesca de un profundo movimiento de medicalizaci?n de la sociedad moderna, as? como de la negativa a considerar al hombre como un individuo libre y responsable.

Por tanto, el psicoan?lisis, como la psiquiatr?a, s?lo servir?a para negar el libre albedr?o y para disminuir la responsabilidad individual.?Por ejemplo?Los ladrones, explica Szasz, eran anta?o considerados responsable de sus actos, y castigados como tales.Pero a partir del momento en que el ladr?n se convierte en un ?clept?mano?, ya no es responsable del robo; es ?operado? desde el exterior por pulsiones que escapan a su voluntad y que ?l ignora.Este razonamiento se aplica actualmente al incendiario, que se ha transformado en un pir?mano, al violador, al jugador, al juerguista o al fumador.La ilustraci?n m?s reciente citada por Szasz es la del fumador inveterado que, ante los tribunales, acaba de obtener indemnizaci?n econ?mica de un fabricante de cigarrillos americano. La agresiva publicidad del fabricante le habr?a incitado inconscientemente a fumar y arruinar su salud.











Ahora bien, las intervenciones psiqui?tricas deben ser definidas con claridad como voluntarias o involuntarias (este es un criterio de demarcaci?n con una importancia pol?tica, ?tica y religiosa). En las voluntarias, la persona busca la ayuda del profesional movida por sus problemas. T?picamente,el individuo es un beneficiario de la intervenci?n del psiquiatra. En las involuntarias, la sociedad impone la intervenci?n. T?picamente, el individuo es una v?ctima de la acci?n del psiquiatra, en tanto que la sociedad (la familia) es la beneficiaria. La psiquiatr?a involuntaria es incompatible con los principios de una sociedad democr?tica y libre, y debe ser abolida.

En 1970, Szasz public? La fabricaci?n de la locura: Estudio comparado de la Inquisici?n y el Movimiento de la Salud Mental, un monumental estudio hist?rico dedicado a demostrar que-con el declinar de la cosmovisi?n teol?gica y del poder delEstado Teocr?tico(la alianza del Estado y la Religi?n), y el ascenso de la cosmovisi?n cient?fica y del poder delEstadoTerap?utico(la alianza delEstado y la Medicina y, en particular, la Psiquiatr?a-, el mito teol?gico de la herej?a fue remplazado por el mito cient?fico de la enfermedad mental, la persecuci?n de brujas y herejes por la persecuci?n de pacientes mentales y drogadictos, y la poderosa burocracia papal de la Inquisici?n por la poderosa burocracia estatal de la Psiquiatr?a Institucional.

En esta obra, que dio inicio a la nueva disciplina de la historia cr?tica de la psiquiatr?a (junto con la Historia de la locura en la Era Cl?sica, de Michel Foucault), Szasz define tambi?n los dos tipos de psiquiatr?a: la institucional y la contractual.

La Psiquiatr?a Institucional comprende todas las intervenciones impuestas a las personas por los dem?s. Estas intervenciones se caracterizan por la completa p?rdida, por parte del denominado paciente, del control de la relaci?n con elpsiquiatra.Su aspecto econ?mico m?s importante es que el psiquiatra es un empleado pagado por una entidad privada o p?blica. Su caracter?stica social m?s destacada es el uso de la fuerza o del enga?o.

La Psiquiatr?a Contractual comprende todas las intervenciones psiqui?tricas buscadas por las personas, motivadas por sus dificultades o problemas. Estas intervenciones se caracterizan por la completa retenci?n, por parte del llamado paciente, del control de la relaci?n con el psiquiatra. Su aspecto econ?mico m?s importante es que el psiquiatra es un profesional privado pagado por la propia persona (en nuestros d?as, la situaci?n se complica por la existencia de los seguros m?dicos). Su caracter?stica social m?s notoria es la evitaci?n de la coacci?n o del enga?o.

Al se?alar que la esquizofrenia es parte del mito moderno de la enfermedad mental, tampoco se est? negando la existencia de la locura. De hecho, la locura abunda dentro y fuera de los manicomios( ahora llamados hospitales mentales). Lo que estoy cuestionando es la veracidad cient?fica de categorizarlay tratarla como una enfermedad leg?tima tan curable como una apendicitis o una neumon?a. La locura, en su sentido cl?sico y literario, es m?s bien un asunto personal (locura individual) o pol?tico (locura colectiva).

El concepto psiqui?trico del crimen surgi? en elsiglo XX con la publicaci?n de El criminal, el juez y el p?blico (1929), de F. Alexander y H. Staub. Para estos autores, hab?a dos clases de criminales: el normal y el anormal. Para el normal la penalidad tradicional era suficiente, en tanto que, para el anormal, Alexander y Staub recomendaban la abolici?n de los castigos y la implantaci?n de tratamientos psiqui?tricos.

Es importante tener en cuenta que esta tesis naci? en la ?poca del ascenso al poder de las ideolog?as totalitarias de la Italia fascista, la Alemania nazi y la Uni?n Sovi?tica comunista, en las que los psiquiatras estaban dispuestos a cooperar con gobiernos dictatoriales en la represi?n de los ciudadanos.

Por su parte, Thomas Szasz, desde la publicaci?n de El derecho, la libertad y la psiquiatr?a (1963), ha advertido que la Psiquiatr?aInstitucional se ha convertido en una agencia represiva de control social.



Las met?foras de la enfermedad.
?Qu? entendemos por enfermedad mental?

Esta psiquiatrizaci?n del crimen ha dado origen al mito del paciente mental peligroso: con bastante frecuencia los medios masivos de comunicaci?n informan sobre un crimen alque, enseguida y tras la entrevista a un psiquiatra o psic?logo, se le endilga el calificativo de trastorno mental. Aunque no hay ninguna evidencia de que los llamados pacientes psiqui?tricos son m?s peligrosos que los normales (la situaci?n actual apunta m?s bien a todo lo contrario), el mito del paciente mental peligroso se resiste a morir.

Por ?ltimo, cuando seguimos hablando de trastornos mentales, tenemos en mente otro tipos de hechos: los conflictos personales e interpersonales tales como la angustia, la ambici?n, las dificultades o desviaciones sexuales, la desavenencias familiares, las fobias, las inhibiciones y dem?s problemas propios de la fragilidad humana. Se piensa entonces que la vida es arm?nica y que los conflictos son causados por psicopatolog?as subyacentes que es preciso curar para ser felices. Esta es la versi?n pseudocient?fica actual de la psiquiatr?a y la psicolog?a cl?nica convencionales. No obstante, parece m?s realista aceptar que la vida es, en s?, una ardua construcci?n, y que lo que llamamos salud mental es-con m?s propiedad- la virtud o sanidad espiritual, la que no se logra mediante un arduo y tortuoso camino de aprendizaje, sino m?s bien con aquella higiene del alma que es la fe, la cual opera mediante la renovaci?n del esp?ritu de nuestra mente.

La historia de la ciencia est? llena de teor?as y modelos que fueron descartados una vez que se lograron avances que permitieron un conocimiento preciso de los fen?menos. No hay raz?n para pensar que no va a ocurrir lo mismo con la teor?a de la enfermedad mental. Aqu? cabe una gran responsabilidad social y espiritual a los cient?ficos y profesionales m?dicos, a saber, la de revisar su concepci?n del hombre para promover no s?lo estilos de vida y de pensar saludables, sino tambi?n de aspirar a una salud integral que abarque al hombre interior y exterior, aquello que desde el entronque de la antropolog?a hebrea y la moderna medicina psicosom?tica aparece como el verdadero ser del hombre,su unidad psico-biol?gica indisociable.

La teor?a de la enfermedad mental tuvo, pues, su utilidad hist?rica hasta el siglo pasado pero en la actualidad se encuentra cient?fica y m?dicamente desfasada pues arriesga diagnosticar y tratar como enfermos mentales a pacientes con enfermedades cerebrales o de otro tipo que padecen trastornos involuntarios de conducta; y es moral y pol?ticamente nociva porque ha pretendido ser explicaci?n de la infelicidad humana, cuyas manifestaciones fenom?nicas pueden aparecer -biogr?ficamente- bajo la forma de problemas econ?micos, existenciales, morales o pol?ticos, pero que, estrictamente hablando, no requieren terapias m?dicas ni s?lo alternativas econ?micas o pol?ticas, sino una respuesta a la radical separatividad humana , a nuestra tristeza de no ser santos.

Adolfo V?squez Rocca



Bibliograf?a

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- Eribon, Didier, Michel Foucault, Barcelona, Anagrama, 1992.

- Ter?n, Oscar, ?Presentaci?n?, en Discurso, poder y subjetividad, Bs.As., El cielo por asalto, 1995.

- M. Foucault, Historia de la locura en la ?poca cl?sica "Prefacio" de 1961, Parte II, caps III, ?Del buen uso de la libertad?, IV, ?El nacimiento del asilo? y V, ?El c?rculo antropol?gico?.)

- Gros, Fr?d?ric, Foucault y la locura, Bs.As., Nueva Visi?n, 2000.

-M. Foucault, Vigilar y castigar (1975), M?xico, Siglo XXI, 1976, Suplicio, I ?El cuerpo de los condenados? pp.23-37; III? parte: ?Disciplina?.

- Boullant, Michel Foucault y las prisiones, Buenos Aires, Nueva Visi?n, 2004.

- Dreyfus, H.L. y Rabinow, P., Michel Foucault. M?s all? del estructuralismo y la Hermeneutica.

- Le pouvoir psychiatrique, Cours Ann?e 1973-1974, Lec.

- Castro, Edgardo, El vocabulario de Michel Foucault,

- M. Foucault, Historia de la sexualidad I. La voluntad de saber (1976), caps. I-IV.

Michel Foucault. M?s all? del estructuralismo y la Hermeneutica

- M. Foucault, Historia de la sexualidad I. La voluntad de saber, cap. V.

- S. Freud, Tres Ensayos de una teor?a sexual, Obras completas, t. 7.

-"El sujeto del poder".

- "Omnes et Singulatim: hacia una cr?tica de la ?raz?n pol?tica?".

-?Sobre la genealog?a de la ?tica?.

Bibliografia de M. Foucault

- ?Pr?face? (1961), Dits et ?crits, Par?s, Gallimard, 1994, t.I; prefacio a la primera edici?n de la Historia de la locura, suprimido en las ediciones posteriores, En: http://elseminario.com.ar/

- Nietzsche, la genealog?a y la historia (1971), Valencia, Pre-textos, 1988; tambi?n en O. Ter?n (comp.) Discurso, poder y subjetividad, Bs.As., El cielo por asalto, 1995.

- La verdad y las formas jur?dicas (Conferencias dictadas en 1973, editadas en 1978), Barcelona, Gedisa, 1980.

- Saber y verdad, Madrid, La Piqueta, 1991; incluye diversos trabajos y entrevistas de 1966 a 1984.

- Microf?sica del poder (incluye trabajos y entrevistas de 1971 a 1977), Madrid, La Piqueta, 1978.

- ?El sexo verdadero? (1980), en Herculine Barbin, llamada Alexina B., Madrid, Ed. Revoluci?n, 1985.

- "El sujeto y el poder", en Hubert L. Dreyfus, Paul Rabinow, Michel Foucault: m?s all? del estructuralismo y la hermen?utica, Benos Aires, Nueva Visi?n, 2001. En: http://elseminario.com.ar

- ?Sobre la genealog?a de la ?tica? (entrevista por H.Dreyfus y P.Rabinow) (1983), (?A propos de la g?n?alogie de l??thique?, Dits et ?crits, t.IV, p.609. en Hubert L. Dreyfus, Paul Rabinow, Michel Foucault, op. cit. y en O.Ter?n (comp.), Discurso, poder y subjetividad, Bs.As., El cielo por asalto, 1995.

- Discurso, poder y subjetividad, presentaci?n y compilaci?n por O.Ter?n, Bs.As., El cielo por asalto, 1995.

- Dits et ?crits, Par?s, Gallimard, 1994, 4 tomos; la compilaci?n m?s completa de art?culos y entrevistas publicados entre 1954 y 1988, bajo la direcci?n de Daniel Defert y Fran?ois Ewald.

- Le pouvoir psychiatrique, Cours Ann?e 1973-1974, Paris, Seuil, 2003. Primeras lecciones, en http://elseminario.com.ar.

- Los anormales, Curso 1974-75, Buenos Aires, FCE, 2000.

- Defender la sociedad, Curso 1976, Buenos Aires, FCE, 2000.

- La hermen?utica del sujeto, Curso 1981-82,Buenos Aires, FCE, 2002.

- ?La gouvernementalit?, (cours du Coll?ge de France, ann?e 1977-1978: S?curit?, territoire et population, 4e le?on, 1er f?vrier 1978), Aut-Aut, nos 167-168, septembre-d?cembre 1978, pp. 12-29. En: Dit et ?crits, Par?s, Gallimard, 1994, III, pp. 635-657.

- "Omnes et Singulatim: hacia una cr?tica de la ?raz?n pol?tica?" (1981), en Tecnolog?as del yo, Barcelona, Paid?s, 1990. Dit et ?crits, t.IV, p.134.

-"El sujeto y el poder" (1982), en Hubert L. Dreyfus, Paul Rabinow, Michel Foucault: m?s all? del estructuralismo y la hermen?utica, Benos Aires, Nueva Visi?n, 2001. En: http://elseminario.com.ar

- ?Sobre la genealog?a de la ?tica? (entrevista por H.Dreyfus y P.Rabinow) (1983), (?A propos de la g?n?alogie de l??thique?, Dits et ?crits, t.IV, p.609), en Hubert L. Dreyfus, Paul Rabinow, Michel Foucault, op. cit. y en O.Ter?n (comp.), Discurso, poder y subjetividad, Bs.As., El cielo por asalto, 1995.



Bibliograf?a adicional

- Chartier, Roger, Escribir las pr?cticas, Bs.As., Manantial, 1996, especialmente ?La quimera del origen...? y?El poder, el sujeto y la verdad. Foucault lector de Foucault?.

- Couzens Hoy, David (comp.), Foucault, Bs.As., Nueva Visi?n, 1988.

- De Certeau, Michel, Historia y psicoan?lisis (1987), M?xico, Univ. Iberoamericana, 1995.

- Eribon, Didier, Michel Foucault y sus contempor?neos, Bs.As., Nueva Visi?n, 1995.

- Freud, Sigmund, Tres Ensayos de una teor?a sexual, Obras completas, t. 7, Buenos Aires, Amorrortu, 1978.

- Ignatieff, Michael, A Just Measure ofPain. The penintentiary in the Industrial Revolution 1750-1850, N.York, Penguin Books, 1978.

- Macey, David, Las vidas de Michel Foucault, Madrid, C?tedra, 1995.

- Miller, Jacques-Alain, ?Michel Foucault y el psicoan?lisis?, en Michel Foucault, fil?sofo (1989), Barcelona, Gedisa, 1995.

- Roudinesco, Elisabeth et al., Pensar la locura. Ensayos sobre Michel Foucault, Buenos Aires, Paid?s, 1996.

- Rusche, Georg; Kirchheimer, Otto, Pena y Estructura Social, Bogot?, Temis, 1984.

- Rusconi, Roberto, L?ordine dei peccati. La confessione tra Medioevo ed et? moderna, Bologna, Il Mulino, 2002.

- Sayer, Derek, Capitalismo y modernidad. Una lectura de Marx y Weber, Bs.As., Losada, 1995.

- VV.AA, Michel Foucault, fil?sofo (1989), Barcelona, Gedisa, 1995.




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Adolfo V?squez Rocca.

Doctor en Filosof?a

Instituto de Filosof?a, Pontificia Universidad Cat?lica de Valpara?so ? Universidad Complutense de Madrid.

[email protected]


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[1] Doctor en Filosof?a por la Pontificia Universidad Cat?lica de Valpara?so; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosof?a IV, Teor?a del Conocimiento y Pensamiento Contempor?neo. ?reas de Especializaci?n Antropolog?a y Est?tica.Profesor del Programa de Postgrado del Instituto de Filosof?a de la PUCV, del Mag?ster en Etnopsicolog?a -Escuela de Psicolog?a PUCV, Profesorde Antropolog?a Filos?fica en la Escuela de Medicina de la UNAB. Director de la Revista Observaciones Filos?ficas http://www.observacionesfilosoficas.net; Secretario Ejecutivo de Philosophica-Revista del Instituto de Filosof?a de la PUCV- http://www.philosophica.ucv.cl/editorial.htm, Editor Asociado de Psikeba, Revista de Psicoan?lisis y Estudios Culturales, Buenos Aires http://www.psikeba.com.ar/. Miembro del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias, Revista de Filosof?a y Culturas en Di?logo.

Autor
Adolfo V?squez Rocca

Doctor en Filosof?a por la Pontificia Universidad Cat?lica de Valpara?so; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosof?a IV, Pensamiento Contempor?neo. ?reas de Especializaci?n Antropolog?a y Est?tica. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosof?a de la PUCV, Profesor de Antropolog?a y de Est?tica en el Departamento de Artes y Humanidades de UNAB. Asociado al Grupo Theoria Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado. Director de Revista Observaciones Filos?ficas.
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La "Fundaci?n Hombre y Mundo" * de M?xico, junto con la Universidad Veracruzana, la Universidad Nacional Aut?noma de M?xico y la Universidad Aut?noma de Tlaxcala han organizado los siguientes Congresos y Ciclos de Conferencias en tono a la Est?tica y el compromiso de la Filosof?a con el presente.

Conferencias Prof. Dr. Adolfo V?squez Rocca. Pontificia Universidad Cat?lica de Valpara?so - Universidad Complutense de Madrid

Fuente: Psikeba

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VER:

En Zoolog?a Pol?tica

http://labola.wordpress.com/2008/01/09/antipsiquiatria-el-estado-terapeutico-p

V?SQUEZ ROCCA, Adolfo, Art?culo ?Anti-psiquiatr?a; Deconstrucci?n del concepto de enfermedad mental? En ALEPH ZERO N? 46, octubre - diciembre, 2007, Revista de la Escuela de Ingenier?a y Ciencias de la UNIVERSIDAD DE LAS AM?RICAS, PUEBLA, M?XICO. indexada en LATINDEX.

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ANTIPSIQUIATR?A; ESTADO TERAPE?TICO, ENFERMEDAD MENTAL Y POL?TICAS P?BLICAS Por Adolfo V?squez Rocca
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