Viernes, 07 de septiembre de 2007
La sombra del narcoterrorismo amenaza al Per?
Corriendo el velo de la ret?rica oficial internacional, una documentada y rigurosa investigaci?n nos muestra la preocupante evoluci?n experimentada por el narcotr?fico en el Per?, precisando su actual capacidad para amenazar la seguridad nacional y gobernabilidad del pa?s, adem?s de contaminar el tejido socio-econ?mico y el medio ambiente; igualmente, se podr? conocer la situaci?n real del grupo terrorista Sendero Luminoso (SL), revelando sus nuevos cabecillas, modus operandi y ?reas de influencia, junto a las alianzas estrat?gicas que ha establecido con las mafias del narcotr?fico peruano, construyendo as?, un escenario propicio para fortalecer su letal capacidad operativa y volver a desestabilizar al Estado peruano en el contexto de un siniestro fen?meno: el narcoterrorismo.
?La habilidad para obtener la victoria, cambiando y adapt?ndose de acuerdo a nuestro oponente, se llama genio?: Liu Ji, Lecciones de la Guerra, 1310-1375.
El narcotr?fico en el Per? se expandi? en el a?o 2006 tras un crecimiento de 7% en los cultivos de hoja de coca y de 8% en la producci?n de droga respecto al a?o 2005, alcanzando unas 280 toneladas de coca?na. Seg?n el Sistema Nacional de Monitoreo apoyado por la ONU, el incremento de los cultivos a 51.400 hect?reas de hoja de coca -la m?s alta cantidad desde 1998- y de la producci?n a 114.100 toneladas de hoja de coca, volvieron a ubicar al Per? como el segundo abastecedor mundial de coca?na detr?s de Colombia.
En paralelo, la producci?n peruana durante el 2006 represent? el 28% de la oferta mundial de coca?na, un punto porcentual m?s que el resultado del a?o anterior, como se desprende de los estimados hechos por el reporte ?Monitoreo de cultivos de coca en el Per?? de la ONU, en el 2006. Situando en una perspectiva apropiada estos hechos, es necesario conocer que las cifras var?an respecto a los cultivos de hoja de coca: para el Departamento de Estado de Estados Unidos (E.U.), el Per? tiene 38 mil hect?reas de hoja de coca, Colombia contar?a con 144 mil y en Bolivia habr?an 26.500 hect?reas; por el contrario, para la Oficina de las Naciones Unidas para las Drogas y el Delito (Onudd), Colombia tendr?a 78 mil hect?reas, Per? 51.400 y Bolivia 27.700.
Un dato importante: para el gobierno peruano existen dos fuentes primordiales de informaci?n sobre el cultivo de hoja de coca: el Crime and Narcotics Center, del Departamento de Estado de E.U. y el Sistema Nacional de Monitoreo apoyado por la ONU. A pesar de las diferencias en sus mediciones, ambas confirman una tendencia incremental de los cultivos de coca en el Per?, entre el a?o 2001 y el 2006; siendo el Valle del Alto Huallaga y el Valle del R?o Apur?mac y Ene, las regiones con mayor cantidad de coca sembrada.
Al respecto y en funci?n de los datos de la ?Encuesta nacional de hogares sobre consumo tradicional de hoja de coca? (Inei-Devida, 2003), se puede inferir que para el 2006, el 8% (8.800 toneladas) de la producci?n de hoja de coca estaba destinada al uso tradicional, mientras que menos del 1% es empleada para la producci?n de bolsitas filtrantes (mate de coca), elaboraci?n de saborizantes y bebidas gaseosas, adem?s de la industria m?dica y qu?mico-farmac?utica. Por lo que se estar?a destinando un 9% de la producci?n total de hoja de coca a usos legales y el 91% de la producci?n restante servir?a como insumo para las mafias del narcotr?fico.
Esto ocurre cuando en el Per? no existe un actualizado y confiable catastro rural que determine la cantidad de los cultivos de hoja de coca legales e ilegales; peor todav?a, tampoco se ha realizado un empadronamiento reciente, sistem?tico y veraz que identifique a los cultivadores de hoja de coca, con el objeto de focalizar m?s eficazmente nuevos programas de cultivos alternativos. En esa misma l?nea, se debe remarcar que el crecimiento del narcotr?fico en el Per? durante el 2006, se produjo pese a que la erradicaci?n de cultivos de alm?cigos aument? en 4% (12.688 hect?reas), en relaci?n al 2005.
Habi?ndose establecido la actual distribuci?n de los cultivos de hoja de coca, de la siguiente manera: Valle del Alto Huallaga (Regi?n Hu?nuco) y Valle del Monz?n (Regi?n San Mart?n): 17.165 hect?reas; Valle de los r?os Apur?mac y Ene (Regi?n Jun?n y Regi?n Ayacucho): 15.712; Valle de La Convenci?n -Lares (Regi?n Cusco): 12.747; Valle de San Gab?n (Regi?n Puno): 446; Valle de I?ambari-Tambopata (Regi?n Puno): 2.366; Valle de Aguayt?a (Regi?n Ucayali): 1.570; Valle del Mara??n (Regi?n Amazonas): 443; zona del Putumayo: 150 y zona del Amazonas-Caballococha (Regi?n Loreto): 375; Valles del Palcaz?, Pachitea y Pichis (Regi?n Pasco): 426 hect?reas de hoja de coca.
En relaci?n a estas cifras se debe resaltar un suceso perturbador: en los ?ltimos ocho a?os, las hect?reas de coca en el Valle del R?o Apur?mac y Ene, han sido duplicadas y en dicha regi?n ya no s?lo se procesa pasta b?sica de coca?na sino tambi?n clorhidrato de coca?na.
Al mismo tiempo, una evaluaci?n de la estatal Comisi?n Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), admiti? que la incautaci?n de coca?na por parte de las fuerzas del orden y unidades antinarc?ticos, cay? 17% en el 2006: es decir, 14.749 kilos, tres mil menos que en el 2005. Aunque con una visi?n m?s optimista, el Ministro del Interior del Per?, Luis Alva Castro, expres? en junio del 2007, que la ?Estrategia Nacional de Lucha contra las Drogas 2007-2011?, puede exhibir un primer avance: haber elevado a casi el doble el decomiso de insumos qu?micos dirigidos a la elaboraci?n de drogas, de 203 toneladas en el 2006 a 390 toneladas, hasta el primer semestre del 2007.
Tambi?n el Ministro del Interior destac? algo muy cierto: por primera vez se re?nen en una misma mesa de trabajo, las entidades estatales responsables de combatir el lavado de activos en el Per?: Superintendencia de Banca y Seguros, Unidad de Inteligencia Financiera, Superintendencia Nacional de Administraci?n Tributaria, Superintendencia Nacional de los Registros P?blicos, Direcci?n Antidrogas, Ministerio del Interior, Ministerio P?blico y Devida.
Un frente externo complejo
Todo ello, en un panorama internacional que se contin?a eclipsando, debido a la creciente incorporaci?n de China en el mercado mundial de la coca?na y la hero?na, como una secuela perniciosa de su sostenida prosperidad econ?mica; lo que podr?a incentivar la producci?n de drogas en el Per?, a?n m?s, toda vez que el mercado asi?tico es uno de los que m?s pagan por el kilo de coca?na: la Oficina de la ONU contra las Drogas y el Delito, sostiene que el precio de venta de esta droga en Asia y Ocean?a puede llegar hasta los 150 mil d?lares, mientras que en E.U., se paga unos 30 mil y en Europa unos 50 mil d?lares. Empero, E.U. sigue como el mayor demandante de drogas del mundo, ya que el 5% de su poblaci?n (unas 16 millones de personas), consume diversas drogas il?citas.
Es oportuno referir, que de acuerdo a fuentes confiables del gobierno peruano, desde hace dos a?os el conjunto de pa?ses de la Uni?n Europea (UE), se convirti? en el principal destino para el 60% de la coca?na elaborada en el Per?, teniendo a Madrid-Espa?a y ?msterdam o R?tterdam-Holanda, como ?puertas de entrada?, y como rutas intermedias a Sao Paulo-Brasil y Buenos Aires-Argentina; al tiempo que E.U. pas? al segundo lugar de estas exportaciones il?citas. Entre otros motivos, por que los precios de la coca?na son m?s altos en la UE que en E.U., pa?s que tiene como principal abastecedor de esta sustancia a Colombia y como m?ximos comercializadores de drogas a los c?rteles mexicanos.
En tal sentido, durante abril del 2006, la Administraci?n de Drogas y Narc?ticos estadounidense (DEA, por sus siglas en ingl?s), detall? los resultados de un estudio de m?s de mil diferentes muestras de coca?na incautada en los E.U., concluyendo que el 88% de las muestras proven?an de la coca cultivada en el Putumayo-Caquet? y Meta-Guaviare en Colombia; el 9% de los valles del Alto Huallaga, el Valle del r?o Apur?mac-Ene y la Convenci?n en el Per?; el 1% del Chapare-Cochabamba en Bolivia; y, el 2% fueron de origen no determinado.
Per?: en las ligas mayores del narcotr?fico mundial
Junto a esta demanda sostenida de coca?na en el ?mbito internacional, existen otros hechos que generan mayor inquietud sobre el narcotr?fico en el Per?: aunque seg?n la Direcci?n Antidrogas del Per?, ahora los c?rteles mexicanos de Tijuana, Sinaloa, Ju?rez y del Golfo, son los responsables del mayor tr?fico de coca?na por los puertos peruanos hacia Centroam?rica, E.U, Europa, Asia y ?frica; una investigaci?n del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad Cat?lica del Per? en mayo del 2007, concluye que desde el 2006, las mafias del narcotr?fico en el Per? est?n en capacidad de ?exportar? la cifra r?cord de 289 toneladas de coca?na hacia Europa, Asia, E.U. y otros destinos.
Para ello, emplean 100.936 toneladas de hoja de coca, que transformadas en coca?na, est?n valorizadas en unos 18.200 millones de d?lares, de los cuales, se estima que 1.053 millones quedan en el circuito econ?mico nacional, mediante un persistente lavado de activos. Tambi?n, se establece que anualmente se mueven unas 32 mil 174 toneladas de insumos qu?micos para producir drogas, logr?ndose incautar en el a?o 2006, s?lo 0.63 %.
Mientras tanto y como se tem?a, ya operan capos de la droga peruanos que manejan m?s de cien millones de d?lares sin depender de los c?rteles mexicanos o colombianos, obteniendo mayores ganancias ante la ausencia de intermediarios. Es el caso del peruano de origen holand?s, Ment Dijkhuizen C?ceres, un destacado exportador de esp?rragos, alcachofas y p?prika, capturado por la polic?a antinarc?ticos de Holanda en noviembre del 2005, al descubrirle en el puerto de R?tterdam, 1,6 toneladas de coca?na de alta pureza oculta en un cargamento de esp?rragos enlatados enviados desde el Per?, por su empresa Corporaci?n La Casita, de Trujillo, una de las m?s pr?speras en el emergente negocio agro-exportador.
A prop?sito, el Servicio Nacional de Investigaci?n Criminal de Holanda y la Direcci?n Antidrogas del Per?, estiman que la organizaci?n de Dijkhuizen -desmantelada luego de pasar desapercibida por casi dos d?cadas-, al menos consigui? efectuar cinco env?os de coca?na a Europa, de unas 3.6 toneladas valorizadas en 99.4 millones de d?lares, y habr?a lavado activos por unos 150 millones de d?lares en el Per?, E.U., China, Espa?a, Holanda, Francia, Inglaterra, Aruba, entre otros pa?ses.
Por supuesto, siempre hay profesionales inescrupulosos -banqueros, abogados y contadores- que lavan estas fortunas del narcotr?fico y reciben su tajada del dinero mal habido, junto a ellos, existen malos funcionarios del Estado que en el momento preciso voltean la mirada y reciben tambi?n su parte a cambio de facilitar el negocio de las mafias; y pese a que el lavado de activos no representa a?n el 1% del Producto Bruto Interno (PBI) del Per?, repercute fuertemente en las econom?as regionales, como Hu?nuco, Ayacucho, Cusco, Pucallpa, Tingo Mar?a y la provincia de Huanta, donde sus poblaciones, al igual que en las grandes capitales de la costa peruana, est?n viviendo -en el marco de una bonanza econ?mica nacional legal- a su vez, una prosperidad econ?mica artificial derivada del narcotr?fico y los delitos conexos.
Lo que se refleja en una proliferaci?n misteriosa de empresas-fachada: cadenas de farmacias, centros de fabricaci?n de bater?as, comercios de abarrotes, casas de empe?o y de cambio de moneda, tiendas de electrodom?sticos, joyer?as, discotecas, hoteles, casinos, edificios de departamentos, tiendas de compra y venta de autos, junto a viviendas y autos lujosos, entre otros modus operandi, como adquirir empresas en quiebra para luego de unos meses de lavar dinero proceder a liquidarlas.
Y tambi?n realizan operaciones bancarias por debajo del monto considerado transacci?n sospechosa: menos de 10 mil d?lares. Igualmente, usan compa??as que fabrican, importan y/o comercializan insumos qu?micos para proveerse de estos productos; junto a empresas de transporte de pasajeros, de carga y de combustibles (?mnibus, camiones y cisternas), a fin de trasladar en forma oculta, droga e insumos qu?micos para fabricarla.
Sobre este asunto, no olvidemos que la Unidad de Inteligencia Financiera del Per?, por primera vez, ha determinado un movimiento turbio de 500 millones de d?lares entre el 2003 y 2007, y aunque a los involucrados ya se les inici? procesos judiciales, ello no puede ocultar la impunidad con la que act?an los barones de la droga en territorio peruano, para lavar activos vali?ndose de una red de testaferros y por medio de empresas, comercios, bancos y en general en todo el circuito econ?mico nacional.
Como se ha constatado a trav?s de recientes grandes capturas, los narcotraficantes se valen de empresas formales no s?lo para lavar dinero, de igual forma las emplean para ?exportar? directamente la coca?na oculta, fundamentalmente en productos hidrobiol?gicos o agr?colas procesados, aprovechando perversamente el gran dinamismo por el que atraviesan los sectores exportadores y el deficiente control en los puertos del Per?. Tan es as?, que Jorge Valencia, Director de Control de Oferta de Devida, reconoci? al diario El Comercio en junio del 2007, que en el Per? el lavado de activos vinculado al tr?fico il?cito de drogas, oscila entre 1.500 y 2.000 millones de d?lares anuales.
La droga envenena a todos los estratos sociales
Concurrentemente, el sobresalto por la venta ilegal de drogas est? presente en todos los estratos sociales y realmente existe motivo para ello, ya que seg?n Devida, el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad Cat?lica y organismos antinarc?ticos extranjeros, en el Per? quedan unas 16 toneladas del total de la droga que se produce cada a?o. Sobre ese tema, el prestigioso Centro de informaci?n y educaci?n para la prevenci?n del abuso de drogas (Cedro), indic? en julio del 2007, que s?lo en Lima Metropolitana, hay unos 1.035 puntos de micro-comercializaci?n de drogas, habi?ndose duplicado estos antros en los ?ltimos tres a?os. Manifest?ndose as?, un cuadro dram?tico donde el Per? no s?lo ha venido produciendo m?s droga, sino que adem?s, padece un aumento sustancial en el consumo interno.
Dando m?s luces sobre esta problem?tica, el Director Ejecutivo de Cedro, Alejandro Vassilaqui, asegura que un 60% de los delitos que se perpetran en el Per?, se realizan bajo los efectos del alcohol o alguna droga, esencialmente marihuana, pasta b?sica de coca?na o coca?na. En un marco donde el consumo de drogas en general, se ha expandido constantemente, hasta existir 200.000 usuarios a nivel nacional, entre ellos, unos 7.000 escolares, donde la edad de inicio para el consumo se ha reducido a los trece a?os.
El alto ?ndice del consumo de drogas il?citas en la poblaci?n peruana, est? asociado a la impune comercializaci?n y redes de corrupci?n que socavan a?n m?s la seguridad ciudadana al comprender no s?lo a Lima, sino tambi?n a ciudades cercanas a las zonas de cultivo ilegal de hoja coca y a las m?s importantes ciudades del pa?s, como Chiclayo, Piura, Trujillo, Ica, Arequipa, Iquitos, Pucallpa, Tacna, y recientemente, con mayor incidencia en Cusco, donde el boom del turismo ha venido de la mano con el aumento del tr?fico y consumo de drogas.
Paralelamente, aunque es muy conocido el impacto negativo del narcotr?fico en la juventud, es poco difundido el da?o que ocasiona esta lacra en el medio ambiente: el gerente de Conservaci?n del Medio Ambiente de Devida, Lucio Batallanos, se?al? en junio del 2007, que de los siete millones de hect?reas de bosques amaz?nicos deforestados, 2.5 millones son atribuibles al cultivo ilegal de la hoja de coca y al uso indiscriminado de precursores qu?micos para producir droga, generando p?rdidas de 4 mil 500 millones de d?lares por destrucci?n de madera, le?a, carne de monte, emisi?n de ox?geno y captura de carbono; a la par, el sembr?o indiscriminado de la hoja de coca extrae aceleradamente los principales nutrientes del suelo, causando en el mediano y largo plazo, la p?rdida de la capacidad productiva hasta convertirlo en desierto tropical.
Frente a esta coyuntura compleja, el gobierno de Alan Garc?a en funciones desde julio del 2006, dispuso que un contingente de 2.000 efectivos y 19 bases antiterroristas y antinarc?ticos, policiales y militares, sean potenciadas y pasen a operar bajo una jefatura central, y como parte del plan de desarrollo socio-econ?mico presentado por el Ejecutivo para el Valle del R?o Apur?mac y Ene, se tiene previsto ejecutar el 2007, programas de desarrollo social, por S/.45 millones de nuevos soles (unos 14 millones 285 mil d?lares).
En infraestructura b?sica por S/.95 millones (unos 30 millones 158 mil d?lares), y de desarrollo productivo por S/.8 millones (unos 2 millones 539 mil d?lares). Ciertamente, junto con la electrificaci?n, saneamiento, educaci?n y salud, en esta regi?n urge consolidar ejes viales: por ejemplo, el eje Cusco-Quillabamba-San Francisco-Ayacucho, donde hay 320 kil?metros sin asfaltar.
Monstruo de dos cabezas: narcotr?fico y terrorismo
Luego de la derrota militar as? como la captura de los principales cabecillas y cuadros del grupo terrorista Sendero Luminoso (SL), sus remanentes se sostienen mediante facciones que comparten la herencia de violencia dejada por su encarcelado jefe Abimael Guzm?n. Desde el Valle del Alto Huallaga, el ?Camarada Artemio? (Jos? Flores Le?n, Gabriel Macario o Alberto Cerr?n Cardoso), tiene 25 a?os conduciendo el ?Comit? Regional del Huallaga? y ahora en confabulaci?n con otro mando: ?Camarada JL? (Jos? Ram?rez Alania), defiende un mal llamado ?Acuerdo de paz?, que pretende una impracticable soluci?n pol?tica: la amnist?a y liberaci?n de los terroristas presos.
?Artemio? disfraza a sus secuaces armados con uniformes militares y hace unos meses se atrevi? a difundir un ultim?tum al gobierno de Alan Garc?a, a fin de que acepte sus demandas, el cual cambi? por una tregua, para finalmente internarse en zonas inaccesibles de la selva ante el rechazo de sus exigencias. Por lo pronto, el ?Camarada Artemio? ha mutado de las tesis marxistas-leninistas-mao?stas y los m?todos genocidas de Pol Pot, a un fuerte involucramiento con las mafias del narcotr?fico, hecho que s?lo le est? dejando la posibilidad de replicar el accionar delincuencial y terrorista de las FARC de Colombia.
La otra facci?n senderista autodenominada: ?Comit? Regional Centro Principal?, est? liderada por el ?Camarada Alipio? (Ronaldo Huam?n Z??iga) y por el ?Camarada Ra?l?. Desde el Valle de los r?os Apur?mac y Ene, ?Alipio? tiene base en la monta?a ayacuchana de Vizcat?n, a cargo de un movimiento conocido como ?L?nea proseguir?, que proclama la lucha armada y no obstante calificar de traidores a los ?acuerdistas? del ?Camarada Artemio? y aparentar una rivalidad con ellos, en la pr?ctica, ambos operan como aliados estrat?gicos en zonas de influencia predeterminadas.
En definitiva, los grupos narcoterroristas, el del ?Camarada Artemio? y el del ?Camarada Alipio?, han forjado nexos de complicidad con las mafias o ?firmas? del narcotr?fico peruanas y buscan cada vez m?s, entrelazarse con traficantes de drogas mexicanos y colombianos, quienes se movilizan exactamente en los mismos reductos de las dos facciones senderistas, las cuales a cambio de dinero y armas de los narcotraficantes, proporcionan seguridad para los cultivadores ilegales de hoja de coca y protecci?n para los embarques o traslados de drogas e insumos qu?micos.
Por lo dem?s, act?an como sicarios de los narcotraficantes para hostigar y atacar a las fuerzas antinarc?ticos y fuerzas armadas, generando zonas sin ley; donde los senderistas ya no doblegan a la poblaci?n rural mediante el terror y la violencia como en la d?cada del ochenta y principios del noventa, sino a trav?s del adoctrinamiento ideol?gico y la corrupci?n con los d?lares del narcotr?fico, aprovechando la situaci?n de pobreza y abandono del Estado que prevalece en esas regiones del Per?.
En ese panorama, diversos investigadores peruanos concuerdan que actualmente los narcoterroristas de Sendero Luminoso (SL) se encuentran en una fase de ?reconstituci?n pol?tica?, aunque sin posibilidad de desestabilizar al Estado peruano o tomar el poder por medio de la violencia, s? buscan ganar espacios en diversas regiones del interior del pa?s, as? como en Lima Metropolitana, por medio de organizaciones sociales populares, grupos sindicales urbanos, universidades y hasta frentes de defensa regionales y gremios cocaleros radicales.
A su turno, el Departamento de Estado de E.U. en su informe: ?Patrones del terrorismo global 2006?, indica que SL tiene ahora cada vez m?s v?nculos con el narcotr?fico, se ha fortalecido, vuelve a ser una amenaza y trabaja por recuperar el apoyo del sistema universitario, con el que contaba en la d?cada de 1980. De la misma forma, sostiene que el narcotr?fico le supone una importante fuente de financiaci?n a SL para llevar a cabo sus operaciones y mejorar sus relaciones con las comunidades locales de ?reas remotas del Per?, donde aprovechan para reclutar adeptos. Alertando que la falta de presencia estatal en estas ?reas rurales y el deterioro de las capacidades de las fuerzas de seguridad peruanas, dificultan los esfuerzos para acabar con los rezagos de esa organizaci?n subversiva.
SL y narcotraficantes: reptando en un mismo pozo
Sin duda, la evidencia m?s concreta -aunque no la ?nica- de los v?nculos de complicidad entre los grupos terroristas peruanos y los narcotraficantes, es el hecho de que ambos se desenvuelven en las mismas zonas de influencia: por ejemplo, las huestes del ?Camarada Artemio? se movilizan por la zona comprendida entre los caser?os de Primavera, Bijao, Azul Magdalena y Magdalena sobre la margen derecha del r?o Huallaga al norte de Aucayacu, a decenas de kil?metros del agreste Valle del Yanajanca (Provincia de Mara??n-Regi?n Hu?nuco) y a menor distancia de los l?mites con la Regi?n San Mart?n.
Otras ?reas de alta incidencia de narcotr?fico frecuentadas por los grupos narcoterroristas -que en conjunto llegar?an a unos 500 efectivos a nivel nacional-, son las carreteras Fernando Bela?nde Terry y Federico Basadre, adem?s, las localidades de Tocache, Uchiza, Puerto Santa Luc?a, Nuevo Progreso, Puerto Huite y Ramal de Cachiyacu en la Regi?n San Mart?n, junto a Alto Porongo y Alto Huaynate. Del mismo modo, se desplazan, por medio de otras zonas de sembr?os de coca ilegal, producci?n de coca?na y traslado de droga: el caser?o de Huiracocha cerca de la ciudad de Aucayacu, en el distrito Jos? Crespo y Castillo, situado hacia la margen izquierda del r?o Huallaga.
Aunque con menor asiduidad, tambi?n se cobijan en el inaccesible Valle del Yanajanca, que se eleva hasta los 2.200 metros sobre el nivel del mar, envuelto en una espesa y fr?a nubosidad que impide operaciones helitransportadas y la visibilidad a?rea de las fuerzas del orden. Sin dejar de apuntar a los caser?os de Santa Cruz, San Crist?bal, Cashapampa, Cachicoto y Palo de Acero, entre la zona del Valle del Monz?n y Tingo Mar?a.
Junto a los distritos de Sivia y Llochegua en Huanta, otra provincia donde incursionan las hordas del ?Camarada Alipio? es La Mar, en la Regi?n Ayacucho, donde uno de sus secuaces el ?Camarada Mart?n?, al mando de la ?Compa??a Sur del Comit? Regional Centro?, irrumpe en los distritos de Ayna, Santa Rosa, Tambo, San Miguel y Anco, al igual que en las comunidades de Huiscas, Usmay y Chacco Pamparaccay, por donde las columnas narcoterroristas necesitan desplazarse para dirigirse desde su centro de operaciones en Vizcat?n hasta la carretera San Francisco-Huamanga.
Esta regi?n, es un territorio mayormente poblado por campesinos migrantes en condici?n de pobreza, que constituyen una poblaci?n considerablemente vulnerable al proselitismo senderista y donde el cultivo de la hoja de coca es la actividad m?s recurrente, y no obstante, que se encuentra en el l?mite de la ilegalidad claramente asociada al narcotr?fico, la defensa de los cultivos de la hoja de coca se ha constituido en la principal plataforma pol?tica para algunos alcaldes y presidentes regionales, as? como un referente de movilizaci?n social; lo que es aprovechado por los remanentes narcoterroristas present?ndose como defensores armados de dichos sembr?os.
Un an?lisis m?s detenido, sugiere que desde esta convulsionada regi?n los senderistas intentan establecer un ?corredor territorial?, que les permita tener acceso, por el suroriente, a los valles cocaleros del Cusco (La Convenci?n, Yanatile, entre otros); y por el noroccidente, a trav?s de Satipo, a las cuencas cocaleras adyacentes al r?o Huallaga (Monz?n, Tingo Mar?a, Tocache, Nuevo Progreso, entre otros); pudiendo adem?s, proyectar su accionar hacia zonas m?s remotas como Vizcat?n, por el oriente; y hacia ?reas de articulaci?n de los circuitos regionales comerciales, como Huanta en Ayacucho.
SL: el brazo armado del narcotr?fico
Bajo ese esquema, los senderistas se han dedicado a hostilizar y asesinar mediante emboscadas y francotiradores, a las fuerzas policiales y militares, que patrullan y brindan seguridad a las tareas de erradicaci?n de cultivos il?citos de hoja de coca y a los operativos de interdicci?n antidrogas; otras de sus v?ctimas, son los fiscales que supervisan los operativos antinarc?ticos, los obreros dedicados a la erradicaci?n de sembr?os ilegales y los pobladores que informan a las fuerzas del orden.
Constituy?ndose de este modo SL, en un brazo armado del narcotr?fico dedicado a obstaculizar la lucha antinarc?ticos en las principales zonas de cultivos de coca ilegal y producci?n de coca?na: el Valle del Alto Huallaga y el Valle del Monz?n, en las Regiones de Hu?nuco y San Mart?n, adem?s del Valle del r?o Apur?mac y Ene, en las regiones de Jun?n y Ayacucho.
Incluso, existen nuevas evidencias que los remanentes senderistas han pasado a tener sus propios cultivos de coca, con pozas de maceraci?n de pasta b?sica de coca?na, y juegan un doble rol, transportando su producci?n de coca?na y la de otros acopiadores. Entonces, SL ya no lucha por el poder, solamente utiliza la franquicia del Partido Comunista Peruano, pero en realidad forma parte del fen?meno narcoterrorista, en un entorno que le proporciona mejor armamento, recursos econ?micos para sus desplazamientos, alimentos o medicinas, y dinero para ofrecer a los j?venes despose?dos por incorporarse a sus filas.
Los rastros de sangre y muerte
En esa l?nea de violencia, los grupos terroristas aliados con el narcotr?fico, perpetraron 84 atentados contra personal del Proyecto Especial de Control y Reducci?n de los Cultivos en el Alto Huallaga (Corah), a trav?s de ataques armados y la colocaci?n de minas ?cazabobos? entre esos cultivos, seg?n estad?sticas de Devida que se registran desde el 2004 hasta el primer semestre del 2007.
Cabe recordar, que entre los atentados m?s graves de SL en los ?ltimos a?os, est? la detonaci?n de un coche-bomba con el saldo de diez muertos, 30 heridos y cuantiosos da?os materiales, contra el centro comercial El Polo, en Lima, frente a la sede de la Embajada de E.U., el 20 de marzo del 2002, horas antes del arribo del presidente George Bush, en vista oficial al Per?. En junio del 2003, SL secuestr? a 71 trabajadores de la empresa argentina Techint, constructora del gasoducto de Camisea, en Toccate, provincia La Mar (Ayacucho), por quienes exigieron sin ?xito, un mill?n de d?lares y luego tuvieron que liberar tras sufrir una persecuci?n militar; despu?s, SL cometi? dos emboscadas en diciembre del 2005, en Palmapampa (Ayacucho) y en Aucayacu (Hu?nuco), asesinando en total a 13 polic?as.
Y en julio del 2006, dos trabajadores erradicadores de cultivos il?citos de coca en el Alto Huallaga, fueron asesinados por SL; mientras otra emboscada perpetrada por este grupo en diciembre 2006, cost? la vida de ocho personas, entre ellos, cinco polic?as en Huancavelica. A continuaci?n, en enero del 2007, los sediciosos mataron a un polic?a en la sede policial de Churcampa tambi?n en Huancavelica.
Sin embargo, all? no acaba el accionar homicida de SL: en abril del 2007, atac? a una patrulla policial en la zona de Madre M?a, en San Mart?n, causando la muerte de un civil que permanec?a varado por el bloqueo de carreteras, y en junio del 2007, una nueva embestida de SL, acab? con la vida de un fiscal y tres polic?as en medio de una operaci?n antinarc?ticos, en el caser?o de Shapaja, provincia de Tocache, en San Mart?n.
Como si esto no fuera suficiente, en agosto del 2007, una patrulla policial antinarc?ticos de unos 18 efectivos que se dispon?a a intervenir un laboratorio y cargamento de coca?na, en el poblado de Yanchal? provincia de Ayabaca, Regi?n Piura, cerca de la frontera con Ecuador; fue atacada por sicarios del narcotr?fico fuertemente armados, que no s?lo impidieron el operativo antinarc?ticos, sino que igualmente, hirieron a dos polic?as y provocaron el repliegue de la patrulla policial.
Este incidente constituye un precedente in?dito, que demuestra la gran fuerza letal y operativa alcanzada por los grupos armados vinculados al narcotr?fico y su nueva disposici?n para oponerse frontalmente a las fuerzas del orden. En el caso particular de las regiones Piura y Cajamarca, donde prolifera el tr?fico de drogas, insumos qu?micos y armas, junto al sembr?o de amapola y marihuana; incluso las mafias del narcotr?fico podr?an fomentar un accionar violento de los movimientos antimineros, para crear zonas sin control que faciliten su accionar.
?Garganta profunda? confirma nexos con la droga
En junio del 2007, el diario Per? 21 de Lima, confirm? que la Polic?a Nacional captur? en mayo del 2006, a integrantes del ?Comit? Regional del Huallaga? de SL, cuyo cabecilla es ?Artemio? y el segundo al mando ?Camarada Lee? o ?Piero?. Desde entonces y acogido a la colaboraci?n eficaz con la justicia, bajo la clave 1MMC0009, uno de los apresados admiti? su filiaci?n subversiva y empez? a confesar las tropel?as de SL con organizaciones de narcotraficantes del Monz?n y del Huallaga.
Los testimonios resultaron un tesoro para la polic?a antiterrorista: dan a conocer los negocios entre ?Artemio? y los principales narcotraficantes de la regi?n, las ejecuciones ordenadas por ?l, la protecci?n a los cargamentos de coca?na, la ubicaci?n de las empresas en Tingo Mar?a que pagan cupos a SL, y la identidad de los narcoterroristas encargados de canalizar el dinero para la supervivencia de la facci?n senderista que encabeza ?Artemio?.
En una parte de su manifestaci?n, el informante de la justicia se?ala que ?Artemio? se sirve de la ?Camarada Yudi? (M?nica Elisa Culantres C?rdova), como enlace entre ?l y las organizaciones del tr?fico de drogas, en especial para enviar y recibir mensajes, cobrar el dinero que le pagan por proteger los cargamentos ilegales y por matar a narcotraficantes rivales o tambi?n a polic?as. Otro enlace denunciado, es ?Camarada Shego? o ?Julio? (Segundo Saavedra Amasifuen) y como ?contacto prioritario y encargado de cobrar cupos?, sindic? a ?Camarada Gato de Cashapampa? (John Sim?n C?rdenas), quien ya fue capturado en Lima, a fines de mayo del 2007.
Finalmente, el colaborador eficaz asegura que el pago recibido por el pr?fugo cabecilla ?Artemio?, es de unos 10 mil d?lares por cada trabajo de protecci?n de los ?mochileros? que transportan la droga entre un sector y otro del Monz?n o del Huallaga; mientras, una cantidad similar cobrar?a por ordenar a sus huestes recuperar droga, que a veces es robada y por actuar como sicarios de los narcotraficantes. No obstante, los nexos de SL y el tr?fico de droga no acaban all?: un subversivo nombrado por ?Artemio? para ser el mando pol?tico en Tingo Mar?a: ?Camarada Lucho? (Walter Rufino), fue detenido el 2006 en Argentina, transportando coca?na.
Precisamente, la valiosa informaci?n proporcionada por el ex-lugarteniente de ?Artemio?, ha permitido que la Polic?a Nacional golpee a SL en los ?ltimos meses, mediante operaciones que concluyeron con la captura de casi todos sus mandos pol?ticos y militares en el valle del Monz?n y la desarticulaci?n de la llamada ?Red Urbana del Comit? Regional del Huallaga? que la organizaci?n narcoterrorista mont? en la ciudad de Tingo Mar?a; a la par, unidades antiterroristas de elite, siguen de cerca los pasos de los otros c?mplices senderistas hasta dar con sus escondites.
Reflexi?n final
Tras la conmoci?n que produjo el m?s intenso y cruento accionar de SL en el Per?, entre los a?os 1980 y 1993, y luego de la derrota militar-estrat?gica propinada a esta organizaci?n criminal a fines de los noventa por el Estado peruano, socavando toda posibilidad de que SL acceda al poder por la v?a violenta o genere amplias regiones sin ley en el pa?s, la amenaza subversiva no se extingui?: m?s bien, se concentr? en los territorios de mayor incidencia de cultivos ilegales de coca y producci?n de coca?na; metamorfose?ndose hasta convertirse en un movimiento narcoterrorista, entrelazado principalmente con mafias del narcotr?fico peruanas y con una fuerte disposici?n para estrechar nexos con los c?rteles mexicanos y colombianos.
Por lo tanto, de persistir esta tendencia en los pr?ximos a?os, sin que el Estado peruano logre articular una estrategia eficaz para frenar la expansi?n del narcotr?fico en el ?ltimo quinquenio y su simbiosis con los remanentes terroristas, es altamente probable que SL logre fortalecerse lo suficiente para constituirse nuevamente en una organizaci?n capaz de amenazar la estabilidad del Estado peruano, esta vez, mediante la barbarie narcoterrorista y hasta en alianza con organizaciones criminales internacionales que acechan la regi?n.
por Jorge Serrano Torres
Agence IPI
Fuente: Voltaire net
?La habilidad para obtener la victoria, cambiando y adapt?ndose de acuerdo a nuestro oponente, se llama genio?: Liu Ji, Lecciones de la Guerra, 1310-1375.
El narcotr?fico en el Per? se expandi? en el a?o 2006 tras un crecimiento de 7% en los cultivos de hoja de coca y de 8% en la producci?n de droga respecto al a?o 2005, alcanzando unas 280 toneladas de coca?na. Seg?n el Sistema Nacional de Monitoreo apoyado por la ONU, el incremento de los cultivos a 51.400 hect?reas de hoja de coca -la m?s alta cantidad desde 1998- y de la producci?n a 114.100 toneladas de hoja de coca, volvieron a ubicar al Per? como el segundo abastecedor mundial de coca?na detr?s de Colombia.
En paralelo, la producci?n peruana durante el 2006 represent? el 28% de la oferta mundial de coca?na, un punto porcentual m?s que el resultado del a?o anterior, como se desprende de los estimados hechos por el reporte ?Monitoreo de cultivos de coca en el Per?? de la ONU, en el 2006. Situando en una perspectiva apropiada estos hechos, es necesario conocer que las cifras var?an respecto a los cultivos de hoja de coca: para el Departamento de Estado de Estados Unidos (E.U.), el Per? tiene 38 mil hect?reas de hoja de coca, Colombia contar?a con 144 mil y en Bolivia habr?an 26.500 hect?reas; por el contrario, para la Oficina de las Naciones Unidas para las Drogas y el Delito (Onudd), Colombia tendr?a 78 mil hect?reas, Per? 51.400 y Bolivia 27.700.
Un dato importante: para el gobierno peruano existen dos fuentes primordiales de informaci?n sobre el cultivo de hoja de coca: el Crime and Narcotics Center, del Departamento de Estado de E.U. y el Sistema Nacional de Monitoreo apoyado por la ONU. A pesar de las diferencias en sus mediciones, ambas confirman una tendencia incremental de los cultivos de coca en el Per?, entre el a?o 2001 y el 2006; siendo el Valle del Alto Huallaga y el Valle del R?o Apur?mac y Ene, las regiones con mayor cantidad de coca sembrada.
Al respecto y en funci?n de los datos de la ?Encuesta nacional de hogares sobre consumo tradicional de hoja de coca? (Inei-Devida, 2003), se puede inferir que para el 2006, el 8% (8.800 toneladas) de la producci?n de hoja de coca estaba destinada al uso tradicional, mientras que menos del 1% es empleada para la producci?n de bolsitas filtrantes (mate de coca), elaboraci?n de saborizantes y bebidas gaseosas, adem?s de la industria m?dica y qu?mico-farmac?utica. Por lo que se estar?a destinando un 9% de la producci?n total de hoja de coca a usos legales y el 91% de la producci?n restante servir?a como insumo para las mafias del narcotr?fico.
Esto ocurre cuando en el Per? no existe un actualizado y confiable catastro rural que determine la cantidad de los cultivos de hoja de coca legales e ilegales; peor todav?a, tampoco se ha realizado un empadronamiento reciente, sistem?tico y veraz que identifique a los cultivadores de hoja de coca, con el objeto de focalizar m?s eficazmente nuevos programas de cultivos alternativos. En esa misma l?nea, se debe remarcar que el crecimiento del narcotr?fico en el Per? durante el 2006, se produjo pese a que la erradicaci?n de cultivos de alm?cigos aument? en 4% (12.688 hect?reas), en relaci?n al 2005.
Habi?ndose establecido la actual distribuci?n de los cultivos de hoja de coca, de la siguiente manera: Valle del Alto Huallaga (Regi?n Hu?nuco) y Valle del Monz?n (Regi?n San Mart?n): 17.165 hect?reas; Valle de los r?os Apur?mac y Ene (Regi?n Jun?n y Regi?n Ayacucho): 15.712; Valle de La Convenci?n -Lares (Regi?n Cusco): 12.747; Valle de San Gab?n (Regi?n Puno): 446; Valle de I?ambari-Tambopata (Regi?n Puno): 2.366; Valle de Aguayt?a (Regi?n Ucayali): 1.570; Valle del Mara??n (Regi?n Amazonas): 443; zona del Putumayo: 150 y zona del Amazonas-Caballococha (Regi?n Loreto): 375; Valles del Palcaz?, Pachitea y Pichis (Regi?n Pasco): 426 hect?reas de hoja de coca.
En relaci?n a estas cifras se debe resaltar un suceso perturbador: en los ?ltimos ocho a?os, las hect?reas de coca en el Valle del R?o Apur?mac y Ene, han sido duplicadas y en dicha regi?n ya no s?lo se procesa pasta b?sica de coca?na sino tambi?n clorhidrato de coca?na.
Al mismo tiempo, una evaluaci?n de la estatal Comisi?n Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), admiti? que la incautaci?n de coca?na por parte de las fuerzas del orden y unidades antinarc?ticos, cay? 17% en el 2006: es decir, 14.749 kilos, tres mil menos que en el 2005. Aunque con una visi?n m?s optimista, el Ministro del Interior del Per?, Luis Alva Castro, expres? en junio del 2007, que la ?Estrategia Nacional de Lucha contra las Drogas 2007-2011?, puede exhibir un primer avance: haber elevado a casi el doble el decomiso de insumos qu?micos dirigidos a la elaboraci?n de drogas, de 203 toneladas en el 2006 a 390 toneladas, hasta el primer semestre del 2007.
Tambi?n el Ministro del Interior destac? algo muy cierto: por primera vez se re?nen en una misma mesa de trabajo, las entidades estatales responsables de combatir el lavado de activos en el Per?: Superintendencia de Banca y Seguros, Unidad de Inteligencia Financiera, Superintendencia Nacional de Administraci?n Tributaria, Superintendencia Nacional de los Registros P?blicos, Direcci?n Antidrogas, Ministerio del Interior, Ministerio P?blico y Devida.
Un frente externo complejo
Todo ello, en un panorama internacional que se contin?a eclipsando, debido a la creciente incorporaci?n de China en el mercado mundial de la coca?na y la hero?na, como una secuela perniciosa de su sostenida prosperidad econ?mica; lo que podr?a incentivar la producci?n de drogas en el Per?, a?n m?s, toda vez que el mercado asi?tico es uno de los que m?s pagan por el kilo de coca?na: la Oficina de la ONU contra las Drogas y el Delito, sostiene que el precio de venta de esta droga en Asia y Ocean?a puede llegar hasta los 150 mil d?lares, mientras que en E.U., se paga unos 30 mil y en Europa unos 50 mil d?lares. Empero, E.U. sigue como el mayor demandante de drogas del mundo, ya que el 5% de su poblaci?n (unas 16 millones de personas), consume diversas drogas il?citas.
Es oportuno referir, que de acuerdo a fuentes confiables del gobierno peruano, desde hace dos a?os el conjunto de pa?ses de la Uni?n Europea (UE), se convirti? en el principal destino para el 60% de la coca?na elaborada en el Per?, teniendo a Madrid-Espa?a y ?msterdam o R?tterdam-Holanda, como ?puertas de entrada?, y como rutas intermedias a Sao Paulo-Brasil y Buenos Aires-Argentina; al tiempo que E.U. pas? al segundo lugar de estas exportaciones il?citas. Entre otros motivos, por que los precios de la coca?na son m?s altos en la UE que en E.U., pa?s que tiene como principal abastecedor de esta sustancia a Colombia y como m?ximos comercializadores de drogas a los c?rteles mexicanos.
En tal sentido, durante abril del 2006, la Administraci?n de Drogas y Narc?ticos estadounidense (DEA, por sus siglas en ingl?s), detall? los resultados de un estudio de m?s de mil diferentes muestras de coca?na incautada en los E.U., concluyendo que el 88% de las muestras proven?an de la coca cultivada en el Putumayo-Caquet? y Meta-Guaviare en Colombia; el 9% de los valles del Alto Huallaga, el Valle del r?o Apur?mac-Ene y la Convenci?n en el Per?; el 1% del Chapare-Cochabamba en Bolivia; y, el 2% fueron de origen no determinado.
Per?: en las ligas mayores del narcotr?fico mundial
Junto a esta demanda sostenida de coca?na en el ?mbito internacional, existen otros hechos que generan mayor inquietud sobre el narcotr?fico en el Per?: aunque seg?n la Direcci?n Antidrogas del Per?, ahora los c?rteles mexicanos de Tijuana, Sinaloa, Ju?rez y del Golfo, son los responsables del mayor tr?fico de coca?na por los puertos peruanos hacia Centroam?rica, E.U, Europa, Asia y ?frica; una investigaci?n del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad Cat?lica del Per? en mayo del 2007, concluye que desde el 2006, las mafias del narcotr?fico en el Per? est?n en capacidad de ?exportar? la cifra r?cord de 289 toneladas de coca?na hacia Europa, Asia, E.U. y otros destinos.
Para ello, emplean 100.936 toneladas de hoja de coca, que transformadas en coca?na, est?n valorizadas en unos 18.200 millones de d?lares, de los cuales, se estima que 1.053 millones quedan en el circuito econ?mico nacional, mediante un persistente lavado de activos. Tambi?n, se establece que anualmente se mueven unas 32 mil 174 toneladas de insumos qu?micos para producir drogas, logr?ndose incautar en el a?o 2006, s?lo 0.63 %.
Mientras tanto y como se tem?a, ya operan capos de la droga peruanos que manejan m?s de cien millones de d?lares sin depender de los c?rteles mexicanos o colombianos, obteniendo mayores ganancias ante la ausencia de intermediarios. Es el caso del peruano de origen holand?s, Ment Dijkhuizen C?ceres, un destacado exportador de esp?rragos, alcachofas y p?prika, capturado por la polic?a antinarc?ticos de Holanda en noviembre del 2005, al descubrirle en el puerto de R?tterdam, 1,6 toneladas de coca?na de alta pureza oculta en un cargamento de esp?rragos enlatados enviados desde el Per?, por su empresa Corporaci?n La Casita, de Trujillo, una de las m?s pr?speras en el emergente negocio agro-exportador.
A prop?sito, el Servicio Nacional de Investigaci?n Criminal de Holanda y la Direcci?n Antidrogas del Per?, estiman que la organizaci?n de Dijkhuizen -desmantelada luego de pasar desapercibida por casi dos d?cadas-, al menos consigui? efectuar cinco env?os de coca?na a Europa, de unas 3.6 toneladas valorizadas en 99.4 millones de d?lares, y habr?a lavado activos por unos 150 millones de d?lares en el Per?, E.U., China, Espa?a, Holanda, Francia, Inglaterra, Aruba, entre otros pa?ses.
Por supuesto, siempre hay profesionales inescrupulosos -banqueros, abogados y contadores- que lavan estas fortunas del narcotr?fico y reciben su tajada del dinero mal habido, junto a ellos, existen malos funcionarios del Estado que en el momento preciso voltean la mirada y reciben tambi?n su parte a cambio de facilitar el negocio de las mafias; y pese a que el lavado de activos no representa a?n el 1% del Producto Bruto Interno (PBI) del Per?, repercute fuertemente en las econom?as regionales, como Hu?nuco, Ayacucho, Cusco, Pucallpa, Tingo Mar?a y la provincia de Huanta, donde sus poblaciones, al igual que en las grandes capitales de la costa peruana, est?n viviendo -en el marco de una bonanza econ?mica nacional legal- a su vez, una prosperidad econ?mica artificial derivada del narcotr?fico y los delitos conexos.
Lo que se refleja en una proliferaci?n misteriosa de empresas-fachada: cadenas de farmacias, centros de fabricaci?n de bater?as, comercios de abarrotes, casas de empe?o y de cambio de moneda, tiendas de electrodom?sticos, joyer?as, discotecas, hoteles, casinos, edificios de departamentos, tiendas de compra y venta de autos, junto a viviendas y autos lujosos, entre otros modus operandi, como adquirir empresas en quiebra para luego de unos meses de lavar dinero proceder a liquidarlas.
Y tambi?n realizan operaciones bancarias por debajo del monto considerado transacci?n sospechosa: menos de 10 mil d?lares. Igualmente, usan compa??as que fabrican, importan y/o comercializan insumos qu?micos para proveerse de estos productos; junto a empresas de transporte de pasajeros, de carga y de combustibles (?mnibus, camiones y cisternas), a fin de trasladar en forma oculta, droga e insumos qu?micos para fabricarla.
Sobre este asunto, no olvidemos que la Unidad de Inteligencia Financiera del Per?, por primera vez, ha determinado un movimiento turbio de 500 millones de d?lares entre el 2003 y 2007, y aunque a los involucrados ya se les inici? procesos judiciales, ello no puede ocultar la impunidad con la que act?an los barones de la droga en territorio peruano, para lavar activos vali?ndose de una red de testaferros y por medio de empresas, comercios, bancos y en general en todo el circuito econ?mico nacional.
Como se ha constatado a trav?s de recientes grandes capturas, los narcotraficantes se valen de empresas formales no s?lo para lavar dinero, de igual forma las emplean para ?exportar? directamente la coca?na oculta, fundamentalmente en productos hidrobiol?gicos o agr?colas procesados, aprovechando perversamente el gran dinamismo por el que atraviesan los sectores exportadores y el deficiente control en los puertos del Per?. Tan es as?, que Jorge Valencia, Director de Control de Oferta de Devida, reconoci? al diario El Comercio en junio del 2007, que en el Per? el lavado de activos vinculado al tr?fico il?cito de drogas, oscila entre 1.500 y 2.000 millones de d?lares anuales.
La droga envenena a todos los estratos sociales
Concurrentemente, el sobresalto por la venta ilegal de drogas est? presente en todos los estratos sociales y realmente existe motivo para ello, ya que seg?n Devida, el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad Cat?lica y organismos antinarc?ticos extranjeros, en el Per? quedan unas 16 toneladas del total de la droga que se produce cada a?o. Sobre ese tema, el prestigioso Centro de informaci?n y educaci?n para la prevenci?n del abuso de drogas (Cedro), indic? en julio del 2007, que s?lo en Lima Metropolitana, hay unos 1.035 puntos de micro-comercializaci?n de drogas, habi?ndose duplicado estos antros en los ?ltimos tres a?os. Manifest?ndose as?, un cuadro dram?tico donde el Per? no s?lo ha venido produciendo m?s droga, sino que adem?s, padece un aumento sustancial en el consumo interno.
Dando m?s luces sobre esta problem?tica, el Director Ejecutivo de Cedro, Alejandro Vassilaqui, asegura que un 60% de los delitos que se perpetran en el Per?, se realizan bajo los efectos del alcohol o alguna droga, esencialmente marihuana, pasta b?sica de coca?na o coca?na. En un marco donde el consumo de drogas en general, se ha expandido constantemente, hasta existir 200.000 usuarios a nivel nacional, entre ellos, unos 7.000 escolares, donde la edad de inicio para el consumo se ha reducido a los trece a?os.
El alto ?ndice del consumo de drogas il?citas en la poblaci?n peruana, est? asociado a la impune comercializaci?n y redes de corrupci?n que socavan a?n m?s la seguridad ciudadana al comprender no s?lo a Lima, sino tambi?n a ciudades cercanas a las zonas de cultivo ilegal de hoja coca y a las m?s importantes ciudades del pa?s, como Chiclayo, Piura, Trujillo, Ica, Arequipa, Iquitos, Pucallpa, Tacna, y recientemente, con mayor incidencia en Cusco, donde el boom del turismo ha venido de la mano con el aumento del tr?fico y consumo de drogas.
Paralelamente, aunque es muy conocido el impacto negativo del narcotr?fico en la juventud, es poco difundido el da?o que ocasiona esta lacra en el medio ambiente: el gerente de Conservaci?n del Medio Ambiente de Devida, Lucio Batallanos, se?al? en junio del 2007, que de los siete millones de hect?reas de bosques amaz?nicos deforestados, 2.5 millones son atribuibles al cultivo ilegal de la hoja de coca y al uso indiscriminado de precursores qu?micos para producir droga, generando p?rdidas de 4 mil 500 millones de d?lares por destrucci?n de madera, le?a, carne de monte, emisi?n de ox?geno y captura de carbono; a la par, el sembr?o indiscriminado de la hoja de coca extrae aceleradamente los principales nutrientes del suelo, causando en el mediano y largo plazo, la p?rdida de la capacidad productiva hasta convertirlo en desierto tropical.
Frente a esta coyuntura compleja, el gobierno de Alan Garc?a en funciones desde julio del 2006, dispuso que un contingente de 2.000 efectivos y 19 bases antiterroristas y antinarc?ticos, policiales y militares, sean potenciadas y pasen a operar bajo una jefatura central, y como parte del plan de desarrollo socio-econ?mico presentado por el Ejecutivo para el Valle del R?o Apur?mac y Ene, se tiene previsto ejecutar el 2007, programas de desarrollo social, por S/.45 millones de nuevos soles (unos 14 millones 285 mil d?lares).
En infraestructura b?sica por S/.95 millones (unos 30 millones 158 mil d?lares), y de desarrollo productivo por S/.8 millones (unos 2 millones 539 mil d?lares). Ciertamente, junto con la electrificaci?n, saneamiento, educaci?n y salud, en esta regi?n urge consolidar ejes viales: por ejemplo, el eje Cusco-Quillabamba-San Francisco-Ayacucho, donde hay 320 kil?metros sin asfaltar.
Monstruo de dos cabezas: narcotr?fico y terrorismo
Luego de la derrota militar as? como la captura de los principales cabecillas y cuadros del grupo terrorista Sendero Luminoso (SL), sus remanentes se sostienen mediante facciones que comparten la herencia de violencia dejada por su encarcelado jefe Abimael Guzm?n. Desde el Valle del Alto Huallaga, el ?Camarada Artemio? (Jos? Flores Le?n, Gabriel Macario o Alberto Cerr?n Cardoso), tiene 25 a?os conduciendo el ?Comit? Regional del Huallaga? y ahora en confabulaci?n con otro mando: ?Camarada JL? (Jos? Ram?rez Alania), defiende un mal llamado ?Acuerdo de paz?, que pretende una impracticable soluci?n pol?tica: la amnist?a y liberaci?n de los terroristas presos.
?Artemio? disfraza a sus secuaces armados con uniformes militares y hace unos meses se atrevi? a difundir un ultim?tum al gobierno de Alan Garc?a, a fin de que acepte sus demandas, el cual cambi? por una tregua, para finalmente internarse en zonas inaccesibles de la selva ante el rechazo de sus exigencias. Por lo pronto, el ?Camarada Artemio? ha mutado de las tesis marxistas-leninistas-mao?stas y los m?todos genocidas de Pol Pot, a un fuerte involucramiento con las mafias del narcotr?fico, hecho que s?lo le est? dejando la posibilidad de replicar el accionar delincuencial y terrorista de las FARC de Colombia.
La otra facci?n senderista autodenominada: ?Comit? Regional Centro Principal?, est? liderada por el ?Camarada Alipio? (Ronaldo Huam?n Z??iga) y por el ?Camarada Ra?l?. Desde el Valle de los r?os Apur?mac y Ene, ?Alipio? tiene base en la monta?a ayacuchana de Vizcat?n, a cargo de un movimiento conocido como ?L?nea proseguir?, que proclama la lucha armada y no obstante calificar de traidores a los ?acuerdistas? del ?Camarada Artemio? y aparentar una rivalidad con ellos, en la pr?ctica, ambos operan como aliados estrat?gicos en zonas de influencia predeterminadas.
En definitiva, los grupos narcoterroristas, el del ?Camarada Artemio? y el del ?Camarada Alipio?, han forjado nexos de complicidad con las mafias o ?firmas? del narcotr?fico peruanas y buscan cada vez m?s, entrelazarse con traficantes de drogas mexicanos y colombianos, quienes se movilizan exactamente en los mismos reductos de las dos facciones senderistas, las cuales a cambio de dinero y armas de los narcotraficantes, proporcionan seguridad para los cultivadores ilegales de hoja de coca y protecci?n para los embarques o traslados de drogas e insumos qu?micos.
Por lo dem?s, act?an como sicarios de los narcotraficantes para hostigar y atacar a las fuerzas antinarc?ticos y fuerzas armadas, generando zonas sin ley; donde los senderistas ya no doblegan a la poblaci?n rural mediante el terror y la violencia como en la d?cada del ochenta y principios del noventa, sino a trav?s del adoctrinamiento ideol?gico y la corrupci?n con los d?lares del narcotr?fico, aprovechando la situaci?n de pobreza y abandono del Estado que prevalece en esas regiones del Per?.
En ese panorama, diversos investigadores peruanos concuerdan que actualmente los narcoterroristas de Sendero Luminoso (SL) se encuentran en una fase de ?reconstituci?n pol?tica?, aunque sin posibilidad de desestabilizar al Estado peruano o tomar el poder por medio de la violencia, s? buscan ganar espacios en diversas regiones del interior del pa?s, as? como en Lima Metropolitana, por medio de organizaciones sociales populares, grupos sindicales urbanos, universidades y hasta frentes de defensa regionales y gremios cocaleros radicales.
A su turno, el Departamento de Estado de E.U. en su informe: ?Patrones del terrorismo global 2006?, indica que SL tiene ahora cada vez m?s v?nculos con el narcotr?fico, se ha fortalecido, vuelve a ser una amenaza y trabaja por recuperar el apoyo del sistema universitario, con el que contaba en la d?cada de 1980. De la misma forma, sostiene que el narcotr?fico le supone una importante fuente de financiaci?n a SL para llevar a cabo sus operaciones y mejorar sus relaciones con las comunidades locales de ?reas remotas del Per?, donde aprovechan para reclutar adeptos. Alertando que la falta de presencia estatal en estas ?reas rurales y el deterioro de las capacidades de las fuerzas de seguridad peruanas, dificultan los esfuerzos para acabar con los rezagos de esa organizaci?n subversiva.
SL y narcotraficantes: reptando en un mismo pozo
Sin duda, la evidencia m?s concreta -aunque no la ?nica- de los v?nculos de complicidad entre los grupos terroristas peruanos y los narcotraficantes, es el hecho de que ambos se desenvuelven en las mismas zonas de influencia: por ejemplo, las huestes del ?Camarada Artemio? se movilizan por la zona comprendida entre los caser?os de Primavera, Bijao, Azul Magdalena y Magdalena sobre la margen derecha del r?o Huallaga al norte de Aucayacu, a decenas de kil?metros del agreste Valle del Yanajanca (Provincia de Mara??n-Regi?n Hu?nuco) y a menor distancia de los l?mites con la Regi?n San Mart?n.
Otras ?reas de alta incidencia de narcotr?fico frecuentadas por los grupos narcoterroristas -que en conjunto llegar?an a unos 500 efectivos a nivel nacional-, son las carreteras Fernando Bela?nde Terry y Federico Basadre, adem?s, las localidades de Tocache, Uchiza, Puerto Santa Luc?a, Nuevo Progreso, Puerto Huite y Ramal de Cachiyacu en la Regi?n San Mart?n, junto a Alto Porongo y Alto Huaynate. Del mismo modo, se desplazan, por medio de otras zonas de sembr?os de coca ilegal, producci?n de coca?na y traslado de droga: el caser?o de Huiracocha cerca de la ciudad de Aucayacu, en el distrito Jos? Crespo y Castillo, situado hacia la margen izquierda del r?o Huallaga.
Aunque con menor asiduidad, tambi?n se cobijan en el inaccesible Valle del Yanajanca, que se eleva hasta los 2.200 metros sobre el nivel del mar, envuelto en una espesa y fr?a nubosidad que impide operaciones helitransportadas y la visibilidad a?rea de las fuerzas del orden. Sin dejar de apuntar a los caser?os de Santa Cruz, San Crist?bal, Cashapampa, Cachicoto y Palo de Acero, entre la zona del Valle del Monz?n y Tingo Mar?a.
Junto a los distritos de Sivia y Llochegua en Huanta, otra provincia donde incursionan las hordas del ?Camarada Alipio? es La Mar, en la Regi?n Ayacucho, donde uno de sus secuaces el ?Camarada Mart?n?, al mando de la ?Compa??a Sur del Comit? Regional Centro?, irrumpe en los distritos de Ayna, Santa Rosa, Tambo, San Miguel y Anco, al igual que en las comunidades de Huiscas, Usmay y Chacco Pamparaccay, por donde las columnas narcoterroristas necesitan desplazarse para dirigirse desde su centro de operaciones en Vizcat?n hasta la carretera San Francisco-Huamanga.
Esta regi?n, es un territorio mayormente poblado por campesinos migrantes en condici?n de pobreza, que constituyen una poblaci?n considerablemente vulnerable al proselitismo senderista y donde el cultivo de la hoja de coca es la actividad m?s recurrente, y no obstante, que se encuentra en el l?mite de la ilegalidad claramente asociada al narcotr?fico, la defensa de los cultivos de la hoja de coca se ha constituido en la principal plataforma pol?tica para algunos alcaldes y presidentes regionales, as? como un referente de movilizaci?n social; lo que es aprovechado por los remanentes narcoterroristas present?ndose como defensores armados de dichos sembr?os.
Un an?lisis m?s detenido, sugiere que desde esta convulsionada regi?n los senderistas intentan establecer un ?corredor territorial?, que les permita tener acceso, por el suroriente, a los valles cocaleros del Cusco (La Convenci?n, Yanatile, entre otros); y por el noroccidente, a trav?s de Satipo, a las cuencas cocaleras adyacentes al r?o Huallaga (Monz?n, Tingo Mar?a, Tocache, Nuevo Progreso, entre otros); pudiendo adem?s, proyectar su accionar hacia zonas m?s remotas como Vizcat?n, por el oriente; y hacia ?reas de articulaci?n de los circuitos regionales comerciales, como Huanta en Ayacucho.
SL: el brazo armado del narcotr?fico
Bajo ese esquema, los senderistas se han dedicado a hostilizar y asesinar mediante emboscadas y francotiradores, a las fuerzas policiales y militares, que patrullan y brindan seguridad a las tareas de erradicaci?n de cultivos il?citos de hoja de coca y a los operativos de interdicci?n antidrogas; otras de sus v?ctimas, son los fiscales que supervisan los operativos antinarc?ticos, los obreros dedicados a la erradicaci?n de sembr?os ilegales y los pobladores que informan a las fuerzas del orden.
Constituy?ndose de este modo SL, en un brazo armado del narcotr?fico dedicado a obstaculizar la lucha antinarc?ticos en las principales zonas de cultivos de coca ilegal y producci?n de coca?na: el Valle del Alto Huallaga y el Valle del Monz?n, en las Regiones de Hu?nuco y San Mart?n, adem?s del Valle del r?o Apur?mac y Ene, en las regiones de Jun?n y Ayacucho.
Incluso, existen nuevas evidencias que los remanentes senderistas han pasado a tener sus propios cultivos de coca, con pozas de maceraci?n de pasta b?sica de coca?na, y juegan un doble rol, transportando su producci?n de coca?na y la de otros acopiadores. Entonces, SL ya no lucha por el poder, solamente utiliza la franquicia del Partido Comunista Peruano, pero en realidad forma parte del fen?meno narcoterrorista, en un entorno que le proporciona mejor armamento, recursos econ?micos para sus desplazamientos, alimentos o medicinas, y dinero para ofrecer a los j?venes despose?dos por incorporarse a sus filas.
Los rastros de sangre y muerte
En esa l?nea de violencia, los grupos terroristas aliados con el narcotr?fico, perpetraron 84 atentados contra personal del Proyecto Especial de Control y Reducci?n de los Cultivos en el Alto Huallaga (Corah), a trav?s de ataques armados y la colocaci?n de minas ?cazabobos? entre esos cultivos, seg?n estad?sticas de Devida que se registran desde el 2004 hasta el primer semestre del 2007.
Cabe recordar, que entre los atentados m?s graves de SL en los ?ltimos a?os, est? la detonaci?n de un coche-bomba con el saldo de diez muertos, 30 heridos y cuantiosos da?os materiales, contra el centro comercial El Polo, en Lima, frente a la sede de la Embajada de E.U., el 20 de marzo del 2002, horas antes del arribo del presidente George Bush, en vista oficial al Per?. En junio del 2003, SL secuestr? a 71 trabajadores de la empresa argentina Techint, constructora del gasoducto de Camisea, en Toccate, provincia La Mar (Ayacucho), por quienes exigieron sin ?xito, un mill?n de d?lares y luego tuvieron que liberar tras sufrir una persecuci?n militar; despu?s, SL cometi? dos emboscadas en diciembre del 2005, en Palmapampa (Ayacucho) y en Aucayacu (Hu?nuco), asesinando en total a 13 polic?as.
Y en julio del 2006, dos trabajadores erradicadores de cultivos il?citos de coca en el Alto Huallaga, fueron asesinados por SL; mientras otra emboscada perpetrada por este grupo en diciembre 2006, cost? la vida de ocho personas, entre ellos, cinco polic?as en Huancavelica. A continuaci?n, en enero del 2007, los sediciosos mataron a un polic?a en la sede policial de Churcampa tambi?n en Huancavelica.
Sin embargo, all? no acaba el accionar homicida de SL: en abril del 2007, atac? a una patrulla policial en la zona de Madre M?a, en San Mart?n, causando la muerte de un civil que permanec?a varado por el bloqueo de carreteras, y en junio del 2007, una nueva embestida de SL, acab? con la vida de un fiscal y tres polic?as en medio de una operaci?n antinarc?ticos, en el caser?o de Shapaja, provincia de Tocache, en San Mart?n.
Como si esto no fuera suficiente, en agosto del 2007, una patrulla policial antinarc?ticos de unos 18 efectivos que se dispon?a a intervenir un laboratorio y cargamento de coca?na, en el poblado de Yanchal? provincia de Ayabaca, Regi?n Piura, cerca de la frontera con Ecuador; fue atacada por sicarios del narcotr?fico fuertemente armados, que no s?lo impidieron el operativo antinarc?ticos, sino que igualmente, hirieron a dos polic?as y provocaron el repliegue de la patrulla policial.
Este incidente constituye un precedente in?dito, que demuestra la gran fuerza letal y operativa alcanzada por los grupos armados vinculados al narcotr?fico y su nueva disposici?n para oponerse frontalmente a las fuerzas del orden. En el caso particular de las regiones Piura y Cajamarca, donde prolifera el tr?fico de drogas, insumos qu?micos y armas, junto al sembr?o de amapola y marihuana; incluso las mafias del narcotr?fico podr?an fomentar un accionar violento de los movimientos antimineros, para crear zonas sin control que faciliten su accionar.
?Garganta profunda? confirma nexos con la droga
En junio del 2007, el diario Per? 21 de Lima, confirm? que la Polic?a Nacional captur? en mayo del 2006, a integrantes del ?Comit? Regional del Huallaga? de SL, cuyo cabecilla es ?Artemio? y el segundo al mando ?Camarada Lee? o ?Piero?. Desde entonces y acogido a la colaboraci?n eficaz con la justicia, bajo la clave 1MMC0009, uno de los apresados admiti? su filiaci?n subversiva y empez? a confesar las tropel?as de SL con organizaciones de narcotraficantes del Monz?n y del Huallaga.
Los testimonios resultaron un tesoro para la polic?a antiterrorista: dan a conocer los negocios entre ?Artemio? y los principales narcotraficantes de la regi?n, las ejecuciones ordenadas por ?l, la protecci?n a los cargamentos de coca?na, la ubicaci?n de las empresas en Tingo Mar?a que pagan cupos a SL, y la identidad de los narcoterroristas encargados de canalizar el dinero para la supervivencia de la facci?n senderista que encabeza ?Artemio?.
En una parte de su manifestaci?n, el informante de la justicia se?ala que ?Artemio? se sirve de la ?Camarada Yudi? (M?nica Elisa Culantres C?rdova), como enlace entre ?l y las organizaciones del tr?fico de drogas, en especial para enviar y recibir mensajes, cobrar el dinero que le pagan por proteger los cargamentos ilegales y por matar a narcotraficantes rivales o tambi?n a polic?as. Otro enlace denunciado, es ?Camarada Shego? o ?Julio? (Segundo Saavedra Amasifuen) y como ?contacto prioritario y encargado de cobrar cupos?, sindic? a ?Camarada Gato de Cashapampa? (John Sim?n C?rdenas), quien ya fue capturado en Lima, a fines de mayo del 2007.
Finalmente, el colaborador eficaz asegura que el pago recibido por el pr?fugo cabecilla ?Artemio?, es de unos 10 mil d?lares por cada trabajo de protecci?n de los ?mochileros? que transportan la droga entre un sector y otro del Monz?n o del Huallaga; mientras, una cantidad similar cobrar?a por ordenar a sus huestes recuperar droga, que a veces es robada y por actuar como sicarios de los narcotraficantes. No obstante, los nexos de SL y el tr?fico de droga no acaban all?: un subversivo nombrado por ?Artemio? para ser el mando pol?tico en Tingo Mar?a: ?Camarada Lucho? (Walter Rufino), fue detenido el 2006 en Argentina, transportando coca?na.
Precisamente, la valiosa informaci?n proporcionada por el ex-lugarteniente de ?Artemio?, ha permitido que la Polic?a Nacional golpee a SL en los ?ltimos meses, mediante operaciones que concluyeron con la captura de casi todos sus mandos pol?ticos y militares en el valle del Monz?n y la desarticulaci?n de la llamada ?Red Urbana del Comit? Regional del Huallaga? que la organizaci?n narcoterrorista mont? en la ciudad de Tingo Mar?a; a la par, unidades antiterroristas de elite, siguen de cerca los pasos de los otros c?mplices senderistas hasta dar con sus escondites.
Reflexi?n final
Tras la conmoci?n que produjo el m?s intenso y cruento accionar de SL en el Per?, entre los a?os 1980 y 1993, y luego de la derrota militar-estrat?gica propinada a esta organizaci?n criminal a fines de los noventa por el Estado peruano, socavando toda posibilidad de que SL acceda al poder por la v?a violenta o genere amplias regiones sin ley en el pa?s, la amenaza subversiva no se extingui?: m?s bien, se concentr? en los territorios de mayor incidencia de cultivos ilegales de coca y producci?n de coca?na; metamorfose?ndose hasta convertirse en un movimiento narcoterrorista, entrelazado principalmente con mafias del narcotr?fico peruanas y con una fuerte disposici?n para estrechar nexos con los c?rteles mexicanos y colombianos.
Por lo tanto, de persistir esta tendencia en los pr?ximos a?os, sin que el Estado peruano logre articular una estrategia eficaz para frenar la expansi?n del narcotr?fico en el ?ltimo quinquenio y su simbiosis con los remanentes terroristas, es altamente probable que SL logre fortalecerse lo suficiente para constituirse nuevamente en una organizaci?n capaz de amenazar la estabilidad del Estado peruano, esta vez, mediante la barbarie narcoterrorista y hasta en alianza con organizaciones criminales internacionales que acechan la regi?n.
por Jorge Serrano Torres
Agence IPI
Fuente: Voltaire net