contra el narcotráfico, despenalización de la hoja de coca

Jueves, 06 de septiembre de 2007

El aumento de plantaci?n de coca as? como del consumo inciden en la fabricaci?n de droga

El aumento del consumo de estupefacientes, as? como el aumento de plantaciones de coca, son etapas previas a la fabricaci?n y comercializaci?n ilegal de coca?na. Para evitar el efecto, es fundamental anular las causas. Esta, es la inmensa responsabilidad de los gobernantes de los pa?ses donde se fabrica droga, por una parte y por otra, donde se consume. El problema no es absoluto ni suprahumano, si no se lo resuelve, es porque algo falla en ?mbito de los que tienen la soluci?n.

En el campo de las matem?ticas, los razonamientos y las conclusiones son m?s convincentes que en ?mbito de las ciencias sociales. Si decimos que las plantaciones de coca aumentan, m?s all? del monto necesario para cubrir las necesidades tradicionales, l?citas de la gente, tendremos que aceptar que dicho excedente va a otro lugar y obviamente no como regalo ni como desecho, sino como mercanc?a importante. Ese otro lugar, no puede ser otro que aquel, donde la hoja sagrada se convierte en droga.

En la proyecci?n l?gica del razonamiento que utilizamos, la fabricaci?n y comercializaci?n de coca?na es posible s?lo en la medida en que haya alguien que compre dicho producto. Nadie produce lo que no puede vender, en este caso con un margen de rentabilidad grande. Es cierto que la oferta responde a la demanda, pero no en t?rminos absolutos. Es tambi?n necesario decir que hay demandas artificiales, inducidas perversamente y en consecuencia ajenas a las necesidades vitales de la gente. La demanda de coca?na es artificial, inducida, da?ina.

Las dos premisas planteadas, sirven para decir que el problema tan ofensivo, doloroso, inhumano del narcotr?fico y la drogadicci?n, forma parte del ?mbito superestructural de la sociedad. Esta afirmaci?n no es meramente ret?rica, es la base sobre la que se puede exigir que las autoridades correspondientes asuman los compromisos m?s correctos y act?en en consecuencia. A los bolivianos nos corresponde garantizar que no habr? m?s producci?n de hoja de coca que la estrictamente necesaria para satisfacer los requerimientos legales de la gente y a los representantes de pa?ses afectados por la drogadicci?n la obligaci?n de hacer lo necesario para que sus habitantes no consuman droga.

En el marco de ese acuerdo y de las exigencias internacionales de mutuo respeto, todos deben estar dispuestos a tomar en cuenta sugerencias e incluso valoraciones que contribuyan al logro de los objetivos se?alados: control de la producci?n de hoja de coca y esfuerzos internacionales para evitar que la gente consuma drogas. No es buena se?al la susceptibilidad ni el resentimiento cuando alguien hace conocer alguna informaci?n verificable y propone p?blicamente rectificaciones o nuevas medidas.

La principal responsabilidad es de los gobernantes, pero nadie, sinceramente identificado con el destino glorioso del ser humano, puede excluirse de esta lucha. El narcotr?fico y la drogadicci?n corresponde a los m?rgenes decadentes de nuestra civilizaci?n, sin embargo, esos m?rgenes pueden convertirse en espacios mayores en caso de no llevar a cabo acciones colectivas honestas, sistem?ticas, evidentemente ?ticas. Ficciones, simulaciones o actitudes duales, en la proyecci?n m?s exigente de una moral aut?ntica, quiz? sean peor que el mal que se pretende erradicar.

Fuente: Opini?n.com

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