contra el narcotráfico, despenalización de la hoja de coca

Mi?rcoles, 02 de mayo de 2007

Cocaleros deben decidirse: el Estado o la Droga

EDITORIAL DE EL COMERCIO

Ha llegado el punto de quiebre para los campesinos cocaleros ilegales: u optan por un cultivo alternativo y se al?nean con el Estado de derecho o 'salen del cl?set' y se unen al narcotr?fico. El pa?s est? harto de tanto apa?amiento. ?Si el 90% de la hoja de coca acaba convirti?ndose en droga, a qui?n quieren los dirigentes seguir enga?ando con el cuento de que los campesinos ilegales no son aliados del narcotr?fico? El pa?s est? harto tambi?n de medias tintas: sembrar y comercializar hoja de coca para proporcion?rsela a los narcotraficantes es, seg?n el Art. 296 del C?digo Penal, un delito y debe perseguirse. El Estado de derecho no puede aceptar ninguna otra figura edulcorada, como la de 'cultivos ancestrales'. ?Adem?s, de qu? tanto empadronamiento se habla, cuando desde la d?cada del 70 cuando se empadron? y prohibi? sembrar nuevas ?reas, se sabe perfectamente bien cu?les y de qui?nes son las hect?reas autorizadas para sembrar coca y venderla legalmente?

Es por eso inexcusable que el ministro de Agricultura, Jos? Salazar, haya firmado la llamada Acta de Tocache. Agredi? con ello la Ley 22095 de 1978, que justamente proh?be volver a empadronar. Contravino tambi?n convenciones espec?ficas de las Naciones Unidas en las que nos comprometemos a erradicar. Pero lo que es realmente imperdonable es que, al aceptar ingenuamente el empadronamiento, haya abierto la caja de Pandora. Dio as? el paso que por d?cadas el Estado hab?a evitado para no dar pie a todo tipo de reclamos, que es lo que ahora sucede. El Acta de Tocache es hoy el mayor escollo que deber? sortear cualquier proyecto contra la coca ilegal.

?Por qu? la situaci?n no se enfrenta? Por el escollo social "?Coca o muerte!", gritan extasiados. Y en ello se escudan los dirigentes. ?Pero acaso no hay tambi?n un problema social en Polvos Azules, San Jacinto, Santa Anita o el jir?n Az?ngaro? ?Y acaso eso les da derecho a piratear, reducir partes de autos robadas, invadir un mercado o comercializar falsificaciones? Claro que no. ?Acaso no sab?an esos campesinos, cuando sembraron sus plantas de coca, que su producto se iba a vender al narcotr?fico? ?Por favor, no nos tomen el pelo!

Consecuencia de la pusilanimidad

Debido a la pusilanimidad generada por el miedo a los conflictos se van dando una serie de situaciones nefastas en el pa?s:

El narcotr?fico ha ido ganando terreno. En vez de reducirse, hoy hay m?s hect?reas de coca ilegal que hace cinco a?os. Y peor a?n, la productividad por hect?rea se ha cuadruplicado debido a modernas t?cnicas de cultivo y al uso abusivo de abonos qu?micos. Esto ?ltimo ocasiona incluso que la hoja no pueda ser consumida por el hombre. ?Alguien duda de que su destino sea la droga?

Sendero Luminoso se est? reactivando. No solo da 'protecci?n'; hay, adem?s, indicios de que ya est? produciendo pasta b?sica. ?Alguien duda del peligro de la dupla Sendero-droga?

Tenemos ya dos grandes zonas 'semiliberadas': el VRAE y el Huallaga. En ellas el Estado tiene una presencia relativa. Hay incluso zonas 'liberadas' como el Monz?n, donde el control lo tiene el narcotr?fico. La ?ltima vez que las fuerzas del orden entraron requirieron de cientos de polic?as y cinco helic?pteros artillados. Y no pudieron quedarse mucho tiempo. ?Qu? esperamos? ?M?s zonas controladas por el narcotr?fico en las que los peruanos no tenemos plena soberan?a?

El Estado ha sido penetrado pol?ticamente por el narcotr?fico: hay hasta cuatro congresistas que, con mayor o menor desparpajo, juegan de quintacolumnistas con la sociedad. Hay tambi?n muchos alcaldes y hasta presidentes de regi?n abiertamente a favor de los sembr?os ilegales. Y, aunque lo nieguen, con el pretexto de defender a los cocaleros lo que hacen es defender los intereses de los narcotraficantes. ?A qui?n quieren enga?ar?

Nuestra econom?a ha sido tambi?n penetrada. Se estima, por ejemplo, que el 45,23% del PBI de Hu?nuco est? vinculado al narcotr?fico. ?Ante todo este avance del narcotr?fico, podemos permitirnos ingenuamente continuar tratando a los cocaleros ilegales como ciudadanos de todo derecho? Claro que no. Ha llegado la hora de que adopten una posici?n sin medias tintas: por el orden o por la droga.

?Qu? hacer entonces?

- Primero: Preparar una estrategia global que sea avalada por el Acuerdo Nacional.

- Segundo: En un tiempo prudencial, el ministro Salazar debe renunciar. El Comercio no es proclive a pedir renuncias de ministros, pero ante la desastrosa se?al dada con el Acta de Tocache y su efecto devastador para la capacidad de negociaci?n de Estado, la necesaria se?al de cambio de actitud requiere de su renuncia.

- Tercero: Devida ya cumpli? su ciclo y debe ser desactivada, pues ha perdido autoridad. En su lugar debe crearse una nueva entidad encabezada por una personalidad de prestigio dotada con poder suficiente para convertirse en el operador pol?tico, social y policial del proyecto. Deber?, adem?s, poder manejar directamente un presupuesto suficiente. Los US$84 millones otorgados ahora por el Gobierno para invertir en zonas cocaleras son una buena primera se?al.

- Cuarto: Superar la presencia precaria del Estado en las zonas 'semiliberadas' y 'liberadas', de manera que sea este y no el narcotr?fico quien ejerza la autoridad. Y no hablamos solo del control policial --o militar, si fuese necesario-; se requiere presencia en educaci?n, salud, alcantarillado, energ?a y dem?s servicios que el Estado debe proporcionar.

- Quinto: Ser dr?sticos con la erradicaci?n de los cocales ilegales sancionando ejemplarmente a los que siembran nuevas ?reas. En este marco, la acci?n policial debe estar preparada para ser en?rgica, si bien enmarcada dentro del respeto por los derechos humanos. Y es que no podemos enga?arnos: la erradicaci?n dif?cilmente ser? pac?fica.

- Sexto: Proporcionarle a aquellos campesinos que decidan quedarse del lado del Estado de derecho toda la ayuda que requieran para que logren desarrollar exitosamente el cultivo alternativo que decidan. Ello implica apoyo t?cnico, capital, semillas, etc. Debe quedar claro que si ellos fracasan, el sistema fracasa.

- S?ptimo: Dotar a las zonas conflictivas de carreteras que permitan transportar los productos alternativos a las zonas de comercializaci?n.

- Octavo: Difundir una eficiente campa?a de comunicaci?n que demuestre a los cocaleros ilegales las consecuencias de cada una de las dos opciones: estar del lado del Estado o de la droga.

- Noveno: Organizar cadenas productivas modernas para los productos alternativos. Estos podr?an llevar un distintivo especial que se?ale internacionalmente la nobleza de su origen, de manera que puedan gozar de un sobreprecio.

- D?cimo: Dictar aquellas normas complementarias que colaboren a plasmar una estrategia de largo alcance como la propuesta. Dada la complejidad y urgencia del tema creemos que lo m?s pr?ctico ser? otorgarle al Gobierno facultades legislativas extraordinarias.

Para que todo este esquema funcione, es fundamental que le quede claro a los cocaleros ilegales la terminante decisi?n pol?tica del Gobierno de llegar hasta la soluci?n total del problema. Y es que la presencia del Estado y la seguridad de los campesinos son fundamentales para que estos den el paso hacia los cultivos alternativos.

Felizmente, muchos de los actuales cocaleros ilegales --especialmente de Tocache-- han dado se?ales de estar dispuestos a reducir sus expectativas de ingresos con tal de no convertirse en delincuentes. Pero para muchos la raz?n m?s importante no tiene que ver con el dinero: quieren algo mucho m?s importante, darles a sus hijos un futuro enmarcado dentro de la ley, el orden y la paz.

Fuente: El Comercio, 22 de Abril 2007

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